Lista de contenidos
- ¿Qué es el Fusarium?
- ¿Cómo actúa el Fusarium en el cannabis?
- Síntomas del Fusarium
- Prevención y control del Fusarium en la marihuana
¿Qué es el Fusarium?
Fusarium es, de hecho, el nombre que recibe un género de hongos filamentosos que viven en el suelo, en asociación con todas las plantas, inclusive la marihuana. La mayoría de especies son saprófitas, es decir, se alimentan de residuos provenientes de otros organismos. La Fusariosis es el nombre que recibe la enfermedad provocada en plantas por determinadas especies de hongos del género Fusarium (fitopatógenas), que se desarrollan en este caso como parásitos.
Constituyen un importante agente de contaminación en los laboratorios, y algunas especies de Fusarium atacan a los cereales y producen micotoxinas capaces de afectar al hombre produciendo enfermedades como la Queratomicosis, la Onicomicosis o la enfermedad de Panamá, además de provocar diversos tipos de infecciones cutáneas.
Los soviéticos han sido acusados de usar el Fusarium como arma biológica en Laos, Camboya y Afganistán, mientras que en Estados Unidos se propuso su uso como arma para luchar contra las plantaciones de coca en Colombia.
¿Cómo actúa el Fusarium en el cannabis?
El hongo Fusarium coloniza los conductos xilemáticos de las plantas, bloqueando los vasos. Este bloqueo causa amarilleamiento y marchitamiento de hojas (y tallos), acompañados de necrosis y, en casos graves, muerte de la planta huésped.
La colonización tiene lugar a nivel del suelo, bien a través del tallo o de las raíces superficiales, trasladándose a continuación a todas las partes de la planta a través de los haces vasculares.
Existen diversos factores que pueden favorecer tanto la contaminación como la reproducción del hongo. Usar semillas, cultivares, tierra o herramientas ya contaminados llevará sin duda a la aparición de este hongo si las condiciones de reproducción son las favorables: temperaturas entre 12 y 28ºC, alta humedad relativa, pocas horas de luz, insuficiente intensidad lumínica, suelos ácidos (pH bajo) pobres en Nitrógeno y ricos en Potasio.
Temperaturas de la solución nutriente superiores a los 24ºC propiciarán también la aparición de este hongo, así como temperaturas del suelo de entre 20 y 34º en climas cálidos.
Cabe tener en cuenta que el Fusarium tiene unos mecanismos de conservación que le permiten seguir activo en el suelo hasta 6 años, así que debemos recordar que las plantas muertas por este hongo servirán para contaminar a las que tenga alrededor.
Síntomas del Fusarium
Estos son algunos de los síntomas que presenta una planta afectada de Fusarium:
- Podredumbre en la base de los tallos
- Lignificación de los tallos
- Carencias nutricionales en las hojas, que amarillean y acaban necrosadas aunque adheridas a la planta
- Puede afectar a sólo una rama o parte de la planta
- Podredumbre radicular
- Si cortamos el tallo, veremos los haces vasculares de color marrón
- Normalmente, el ataque avanza desde la parte inferior de la planta hacia la superior
El Fusarium penetra desde el suelo a través de heridas en las raíces o tallo y mediante los pelos radiculares o células epidérmicas de las raíces más jóvenes. Alcanza los vasos leñosos (xilema) donde se desarrolla, impidiendo la transmisión de agua y distribuyéndose hacia todas las partes de la planta. Cabe tener especial cuidado en cultivos en exterior en zonas cálidas o en invernaderos.
Prevención y control del Fusarium en la marihuana
Lamentablemente, no existe ningún tratamiento efectivo ni fungicida para plantas infectadas de Fusarium. La prevención es, pues, la mejor y única opción que tenemos para evitarlo; debemos ser muy escrupulosos con la higiene en nuestro cultivo, desinfectando podadoras, tanques de riego, tiestos, etc. antes de usarlos. Sobra decirlo, debemos partir de un sustrato de calidad , con propiedades conocidas.
Podemos también espaciar un poco los riegos, y procurar mantener nuestro sustrato a menos de 30ºC. Otra opción que utilizan comúnmente muchos cultivadores de marihuana es añadir Trichoderma a su sustrato, un hongo beneficioso que – además de propiciar un crecimiento explosivo en las raíces – lo colonizará y no dejará que otros hongos como el Fusarium penetren en él.
Por supuesto, si nuestro cultivo resulta afectado por este hongo lo mejor será deshacernos cuanto antes de las plantas afectadas, apartándolas de las plantas sanas. Vigilaremos las restantes plantas en busca de síntomas de Fusarium, y podemos intentar tratar el sustrato con Trichoderma .
Así pues, hablamos de una plaga contra la que sólo podemos prevenirnos e intentar dificultar al máximo su aparición. No debe subestimarse el daño que puede causar; sólo en EEUU, entre 1991 y 1996 se estima que se perdieron cerca de 300.000 millones de dólares por culpa de los daños ocasionados por el Fusarium en grandes cultivos de trigo y cebada.