Lista de contenidos
- ¿Qué es la mosca blanca?
- Reproducción de la mosca blanca
- Síntomas y daños de la mosca blanca
- Prevención y control de la mosca blanca
¿Qué es la mosca blanca?
Las moscas blancas son insectos homópteros de la familia de los Aleuródidos (aleyrodidae) que atacan muchos tipos de plantas cultivadas, entre ellas las plantas de cannabis. Se trata de pequeñas mosquitas de unos 2mm de longitud y aspecto blanquecino, con un par de alas que les sirven como método de desplazamiento. Se encuentran normalmente en el envés de las hojas (donde también pone los huevos, como veremos más adelante) y, al igual que otros insectos chupadores como Pulgones o Cochinillas, se alimentan succionando la savia de las plantas.
Su cuerpo se divide en tres zonas: cabeza tórax y abdomen. Al igual que los demás insectos, dispone de seis patas y también de un par de alas blancas como sistema de locomoción. Como hemos comentado, tiene un aparato bucal picador-chupador gracias al cual puede alimentarse de la savia de hojas y tejidos jóvenes.
Reproducción de la mosca blanca
Este insecto se reproduce a través de huevos, que deposita en el envés de las hojas en una cantidad de 180-200 por puesta. Dichos huevos son casi microscópicos, de forma oval-piramidal y tienen un color blanco-amarillento. Tienen, normalmente, 4 generaciones al año (una generación es la duración del ciclo vital del insecto, desde que se pone el huevo hasta que muere el adulto) dependiendo de las condiciones climáticas y de higiene, aunque en invernadero pueden llegar a las diez al año, convirtiéndose así en una plaga seria.
Vemos así como es una plaga que gusta de altas temperaturas y ambientes relativamente húmedos, siendo pues el verano su época preferida y tanto invernaderos como armarios de cultivo su hábitat predilecto. Desde la puesta del huevo hasta el nacimiento de la larva pasan aproximadamente 24 horas; a continuación, se necesitarán más o menos otras 4 semanas para que la larva se convierta en adulto, pasando por 4 instares o estadios larvares-ninfales, con forma de escama y situados en el envés de las hojas:
- Primer estadio: Tamaño aproximado de 0.25mm. La larva se alimenta succionando savia de la planta. Se trata del único instar capaz de moverse, los otros tres son sésiles, es decir, la ninfa se encierra en una cápsula para protegerse mientras su estructura cambia.
- Segundo estadio: Tamaño aproximado de 0.4mm. Se aprecia la formación de las seis patas en la larva.
- Tercer estadio: Tamaño aproximado de 0.5mm. Aspecto transparente.
- Cuarto estadio: Algunos órganos, como los ojos, aparecen en este estadio. Su grosor y tamaño aumentan. Normalmente, a este estado ninfal se le denomina «pupa»; a través de una fisura en forma de «T», el adulto emerge de su cápsula protectora – normalmente por la mañana – echando a volar inmediatamente.
Síntomas y daños de la mosca blanca
Los primeros síntomas del ataque de estos insectos son clorosis, carencias (amarilleamiento) en las hojas, que terminan por secarse – normalmente empezando por los bordes – y caer. La planta huésped sufre a menudo una ralentización en su desarrollo y un empeoramiento general de su estado.
A parte de los síntomas provocados directamente por su acción chupadora de savia, aparecen otros relacionados con la melaza que secretan estos insectos, que favorece la aparición de la Negrilla o Mangla, un hongo negro que «ensucia» las hojas y debilita el proceso fotosintético. Pueden también aparecer otras enfermedades como la Fumagina, sin olvidarnos de otros virus y bacterias.
Así pues, debe tenerse en cuenta que, especialmente al tratarse de un insecto volador con gran facilidad para el desplazamiento, la mosca blanca puede producir daños serios en una plantación, ya no por su acción chupadora de savia, sino por las diversas enfermedades que puede contagiar a las plantas al ser insecto vector de éstas.
Prevención y control de la mosca blanca
Como en la mayoría de plagas y enfermedades que afectan a las diversas variedades de marihuana, la prevención es básica para restar posibilidades a la aparición de posibles ataques e infecciones. Podemos alternar nuestras plantas con otras, creando una asociación de plantas beneficiosas entre sí; en este caso, cultivar caléndulas, claveles chinos o albahaca ayudará a prevenir la aparición de mosca blanca, pues su olor las repele. Debemos revisar el envés de las hojas regularmente en busca de adultos o larvas, y usar también cada pocos días algún insecticida ecológico como el jabón potásico o el aceite de neem. Usar cintas adhesivas atrapa-insectos amarillas, donde los adultos quedarán pegados, también pondrá las cosas más difíciles para estos insectos.
Si ya tenemos nuestro cultivo afectado, y a parte de lo anteriormente mencionado, podemos usar distintos remedios ecológicos para combatir la plaga: la rotenona y las piretrinas (comúnmente utilizados en agricultura ecológica como alternativa a los productos químicos) funcionan bien, y pueden alternarse sus aplicaciones con otros insecticidas como las infusiones de Tanaceto o de Ajenjo.
Si estos remedios no funcionan o no queremos usarlos por el motivo que sea, podemos combatir la mosca blanca con distintos depredadores naturales. Algunos de los que mejor funcionan son:
- Cales Noacki: Pequeña avispa que parasita larvas de mosca blanca. Muy eficaz, aunque no se comercializa.
- Encarsia Formosa: Especialmente eficaz en invernaderos. Pequeña mosca de apenas 1mm, negra con alas transparentes. Como la Cales, pone sus huevos (parasita) en las larvas de mosca blanca. Máxima eficacia depredadora a 25-27 grados celsius de temperatura y 50-60% de humedad relativa, 10 depredadores por m2.
- Macrolophus Caliginosus