¿Cómo y cuándo se debe trasplantar el cannabis?

Lista de contenidos

  1. ¿Por qué se debe trasplantar el cannabis?
  2. ¿Cuántos trasplantes necesita el cannabis y cuándo hacerlos?
  3. Tamaños de maceta para el trasplante
    1. Trasplantes en cultivo interior
    2. Trasplantes en cultivo exterior
  4. Cómo trasplantar el cannabis

Ya se trate de cultivo en interior como en exterior, el trasplante es una delicada etapa dentro de la vida de nuestras plantas, que necesitan de suficiente espacio para desarrollar un extenso sistema de raíces de cara a poder ofrecer todo su potencial. Y es que una planta a la que le falte espacio para las raíces jamás podrá rendir como una que ha podido producir un buen cepellón! Por ello, se trata de un momento muy importante para su desarrollo, así que deberemos trasplantar en el momento justo y con las macetas adecuadas.

Hoy vamos a profundizar en esta operación, que debe realizarse con sumo cuidado con tal de minimizar el estrés causado a la planta. Si lo hacemos de la manera correcta, conseguiremos aprovechar espacio, ahorrar en sustrato y nutrientes, disminuir el riesgo de hongos, ganar velocidad de cultivo y que nuestras plantas nos den la máxima producción…merece la pena intentarlo, ¿verdad? Vamos a ello!

¿Por qué se debe trasplantar el cannabis?

En la naturaleza, y al germinar y nacer directamente en el suelo tras el invierno, las plantas de cannabis suelen crecer sin ningún tipo de restricción en cuanto al espacio disponible para sus raíces, que pueden crecer en todas direcciones y libremente. De esta forma, y además de poder aguantar mejor la falta de riego, la planta crece y florece sin restricciones, pudiendo alcanzar tamaños y producciones muy elevadas en caso de  recibir una serie de cuidados básicos.

No obstante, al cultivar en maceta sí estamos restringiendo el espacio disponible para las raíces, lo que por supuesto tiene su impacto en el desarrollo en general de la planta, tanto de su parte aérea como del sistema radicular en sí. Como resulta lógico pensar, una planta cultivada hasta la cosecha en una pequeña maceta no rendirá igual que una a la que no le ha faltado espacio para desarrollar un buen sistema radicular, pues es clara la relación entre tamaño de la maceta y tamaño de la planta…Pero entonces, ¿por qué no germinar las semillas directamente en maceta grande? ¿Por qué ir cambiando de maceta cada poco tiempo?

Como ya hemos anunciado, si lo hacemos de la manera correcta son bastantes las ventajas que conseguimos, así que merece la pena enumerar algunas de ellas:

Ahorro de espacio, nutrientes y sustrato: Al iniciar un cultivo, no necesitamos grandes macetas y enormes cantidades de sustrato. Con una simple maceta de 1L (incluso menor) tenemos más que suficiente para la primera etapa de vida de la planta, hasta que haya formado 3 o 4 pares de hojas. Al no tener que usar tanto sustrato ni nutrientes como en caso de empezar con macetas grandes, el ahorro es evidente. Además, para esta primera fase probablemente no necesitemos demasiado espacio ni luz, sin duda mucho menos del que necesitaremos una vez en crecimiento avanzado o floración, o en caso de empezar con maceta grande y abarcar una superficie de cultivo mucho mayor.

 

Velocidad de desarrollo: Al cultivar en una maceta relativamente pequeña, será necesario aplicar más riegos que si estuviéramos usando macetas mayores. Al repetir más veces el ciclo sustrato seco/sustrato húmedo, se da un fenómeno parecido al del cultivo hidropónico; a más número de riegos, mayor es la tasa de crecimiento de la planta. Se trata de apurar al máximo este periodo, hasta que realmente se haga necesario el trasplante por los motivos que veremos más adelante.

Menor riesgo de hongos patógenos: Imaginad que sembramos en una maceta de 11L; si humedecemos todo el medio de cultivo, y al no haber en éste apenas raíces, pasará días y días húmedo, tardando mucho en secarse pues en relación al volumen de sustrato apenas hay raíces que absorban esta humedad. Esto puede traducirse – especialmente si se riega en exceso – en un mayor riesgo de desarrollo de hongos patógenos de las raíces, algo que todo cultivador quiere evitar a toda costa.

Mejor rendimiento: Por un lado, si trasplantamos cuando es debido y usamos el tipo y tamaño de maceta adecuado (básicamente, que sea lo suficientemente grande para el tamaño de planta que queremos) maximizaremos la producción de las plantas. Por otro lado, y como hemos visto, al conseguir una mayor velocidad pueden ganarse varios días al final del cultivo, lo que también hace mejorar el rendimiento de la instalación.

 

¿Cuántos trasplantes necesita el cannabis y cuándo hacerlos?

En general, suelen hacerse unos 2-3 trasplantes a lo largo de la vida de una planta de cannabis. Un ejemplo clásico de cultivo en interior sería un primera maceta de 1-2L, una segunda de 4L, y una tercera de 7-10L. Por supuesto, esto puede variar en función de la técnica de cultivo y necesidades o preferencias, no será lo mismo aplicar el método SOG o el SCROG! En exterior suelen usarse macetas mayores, pudiéndose empezar con una de 3-4L, pasar luego a una de 10-15L, y acabar con la maceta definitiva, del tamaño elegido (cuanto mayor sea ésta última, antes convendrá realizar el último trasplante para que la planta tenga tiempo a adaptarse y producir el máximo de raíces antes de florecer).

Sobre cuál es el mejor momento para trasplantar, existen varios indicadores que nos darán pistas de que ha llegado el momento adecuado:

  • Estado de las raíces: Observar cómo las raíces empiezan a cubrir los orificios de drenaje de las macetas (incluso a asomarse por ellos) es síntoma de que necesitan más espacio para continuar su expansión.
  • Tamaño y estructura de la planta: En caso de que haya un crecimiento horizontal (ramas laterales) escaso o inexistente, probablemente sea necesario un trasplante a una maceta mayor. Lo mismo si vemos que la planta comienza a espigarse ligeramente; es muy probable que necesite de más espacio para las raíces.
  • Riego: Cuando la planta ha colonizado de raíces el sustrato, éste apenas retiene ya humedad, con lo que debe aumentarse notablemente la frecuencia de riego (siendo necesario regar cada día o incluso varias veces al día). Normalmente, es un signo claro de que la planta agradecería un trasplante a una maceta con más volumen de sustrato disponible.

Lógicamente, estos síntomas pueden coincidir y darse al mismo tiempo, incluso es normal que ocurra. Si observamos cualquiera de ellos, podemos comprobar si también se dan los otros signos, lo que nos confirmaría al 100% que necesitamos trasplantar. Pero…¿cómo trasplantar el cannabis causando el mínimo estrés a las plantas? ¿Qué macetas es mejor utilizar? Os lo explicamos a continuación!

 

Tamaños de maceta para el trasplante

Como ya sabéis, en el mercado pueden encontrarse muchos tipos y tamaños de macetas de cultivo, desde pequeños contenedores para la germinación hasta grandes macetas de centenares de litros de volumen. A modo de guía, os proponemos los siguientes tamaños de maceta en función de la técnica elegida:

Trasplantes en cultivo interior

Dependiendo de la técnica de cultivo elegida, el tamaño de la maceta final puede variar ostensiblemente. Estos son algunos ejemplos:

  • Cultivo SOG: Maceta de 0,5L, seguida de maceta de 1,65L y finalmente pasamos a maceta de 3,25L. Recordad que con este sistema queremos muchas plantas de tamaño reducido, básicamente con un solo cogollo central.
  • Cultivo SCROG: En este caso podemos empezar con una maceta de 1,65L, seguida de una maceta de 3,4L y, finalmente y dependiendo del número de plantas, una maceta entre 10 y 20L. Aquí lo que queremos son pocas plantas y grandes.
  • Cultivo estándar: Muchos cultivadores usan una técnica mixta, con menos plantas que en un SOG pero más que en un SCROG. Podemos empezar con una maceta de 1L, pasar luego a una de 2,5L y finalmente trasplantar a una maceta entre 4 y 7 litros, de nuevo dependiendo del número de plantas a cultivar.

 

Trasplantes en cultivo exterior

De forma parecida al cultivo en interior, en este caso el tamaño de la maceta también tendrá un claro impacto en el tamaño y producción final de la planta.  Como ya hemos visto, normalmente en exterior se utilizan macetas de mayor tamaño que en interior ya desde el principio, pues el periodo de crecimiento será mucho más largo que en el caso del cultivo bajo luz artificial. Por este mismo hecho en ocasiones se realizan más trasplantes en exterior, sobre todo durante las primeras etapas del periodo vegetativo.

Sea como sea, se aplicarán los mismos criterios que hemos visto para determinar si el trasplante es necesario o no, procurando no retarasar el momento de hacerlo para no ralentizar el ritmo de crecimiento de las plantas. También puede darse el caso de que se realicen varios trasplantes para acabar plantando en pleno suelo. En este caso, recomendamos hacer este último trasplante lo antes posible, de esta forma el crecimiento radicular será máximo (lo mismo si va a usarse una maceta final de más de 60-70L). Para acelerarlo, y especialmente en caso de cultivar en pleno suelo o querer reutilizar el sustrato, añadir vida microbiana ayudará en gran medida a este crecimiento de las raíces.

Cómo trasplantar el cannabis

Pasemos ahora a ver cómo podemos trasplantar causando el mínimo estrés posible a la planta. Hay que recordar que, al hacer un trasplante, por un lado estamos alojándo a la planta en una nueva ubicación con más espacio y nutrientes, aunque por otro lado le estamos causando estrés al manipularla y sacarla de su antiguo «hábitat». Lo mejor será regar 1 o 2 días antes de realizar el trasplante; si el sustrato está demasiado seco puede deshacerse al sacar el cepellón, mientras que – de forma parecida – si está demasiado húmedo puede desmoronarse. Nos interesa un grado de humedad medio.

Un buen truco para causar el mínimo estrés es proceder de la siguiente forma: Preparamos la maceta nueva llenándola de sustrato hasta que, poniendo encima la maceta vieja, sobren aún 2-3 cm de maceta nueva por arriba. Dejamos la maceta vieja sobre el sustrato y seguimos llenando la nueva hasta cubrirla por completo, un poco como si quisiéramos enterrar la maceta vieja completamente. Regamos el sustrato de la maceta nueva y retiramos con cuidado la maceta vieja, de manera que en el sustrato de la maceta nueva tenemos un hueco, un «molde» del cepellón de la planta. Ya sólo queda retirar ésta de su actual contenedor con sumo cuidado y depositar el cepellón en el agujero que tenemos hecho en el sustrato. Cubrimos todo con 1-2 cm de medio de cultivo y regamos un poco más. Ya lo tenemos listo!

Normalmente, tras cada trasplante suelen utilizarse estimuladores de raíz para potenciar al máximo el crecimiento radicular y propiciar que la planta siga creciendo sin interrupción. Como hemos comentado, también puede usarse microvida para acelerar este proceso, como bacterias u hongos beneficiosos.

Hasta aquí nuestro artículo sobre cómo, cuándo y por qué realizar trasplantes. Como habéis podido ver, si se realizan en el momento adecuado y de la manera correcta el rendimiento final del cultivo puede aumentar de manera considerable. No dudéis en compartir con nosotros vuestros trucos y técnicas de trasplante!

Saludos!

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