Lista de contenidos
- Qué hacer y evitar en las aplicaciones foliares
- Por qué pulverizar las plantas de cannabis?
- Elegir un pulverizador
En algún momento, es inevitable para cualquier clase de cultivador tener que pulverizar sus plantas con algún tipo de producto. Las razones por las que esto puede suceder son muchas: puede necesitarse el uso de algún insecticida o fungicida, o quizá queremos fertilizar las plantas por vía foliar, corregir alguna carencia de nutrientes o sencillamente mejorar su aspecto en general.
Sea por el motivo que sea, se trata de una operación que debe hacerse de manera correcta si de verdad queremos que sea efectiva y conseguir los mejores resultados. Os presentamos a continuación 10 aspectos básicos de la alimentación foliar en el cannabis antes de profundizar sobre la mejor manera de realizarla.
Qué hacer y evitar en las aplicaciones foliares
1.- Pulverizar con baja intensidad lumínica. En cultivos de interior, el mejor momento es al iniciar o terminar el periodo de oscuridad, pero nunca con las lámparas encendidas a plena potencia. En caso de plantas de exterior, hacerlo temprano por la mañana o tarde, al ponerse el sol. Así se evita el efecto lente producido por el sol al reflejarse en las gotas, que puede quemar las hojas. Además, los estomas de las hojas (por donde se absorben los nutrientes) están completamente abiertos de noche, por lo que la asimilación del producto es mucho más efectiva.
2.- No pulverizar con temperaturas demasiado altas o bajas. La temperatura ideal para pulverizar las plantas es de unos 20-24ºC. Si la temperatura es más alta, los estomas tienden a cerrarse, reduciendo así la asimilación de nutrientes. Por contra, pulverizar con bajas temperaturas puede promover el desarrollo de mohos, algo que debemos evitar a toda costa. Por ello es mejor pulverizar temprano por la mañana y dejar que las plantas puedan secarse durante el día que no hacerlo a última hora y que éstas pasen toda la noche empapadas.
3.- No pulverizar con lluvia, viento o con la ventilación encendida. Lógicamente, la lluvia arrastrará el producto que estemos utilizando, reduciendo su efectividad en gran medida. Lo mismo puede suceder (en este caso, secando las plantas) si sopla viento fuerte o si estamos utilizando ventiladores potentes en cultivos en interior. En caso de viento moderado, es recomendable situarse de espaldas a éste para minimizar el contacto con el producto y dejar que el viento distribuya el producto sobre las plantas. Por supuesto, vigilad que el producto no caiga sobre otras personas, animales, etc.
4.- Pulverizar la planta completamente, poniendo especial atención en el envés de las hojas, donde se encuentran los estomas. Aun así, y pese a que las plantas pueden absorber nutrientes por los estomas, también lo hacen – aunque en menor medida – por la epidermis del haz de la hoja (la cara superior), así como por los tallos y peciolos.
5.- No fertilizar con dosis máximas. Si se utilizan fertilizantes formulados para riego por vía foliar, siempre es mejor utilizar la mitad de la dosis recomendada por el fabricante para evitar quemar el follaje con un exceso de nutrientes. Utilizad siempre aparatos de medición fiables como pueden ser los medidores de EC para evitaros problemas!
6.- Probar primero en una hoja antes de pulverizar la planta entera. Siempre es recomendable hacer una prueba de este tipo con productos desconocidos o que no hayamos usado nunca por vía foliar. Pulverizar una sola hoja o una parte de la planta y esperar 24 horas a ver la reacción nos puede evitar dañar la planta por completo en caso de error en la dosis o en el producto escogido.
7.- No pulverizar durante la floración. Como norma general, debe evitarse siempre mojar los cogollos para no favorecer la aparición de hongos ni dejar trazas de producto en ellos. Por otra parte, los cultivadores de exterior deben ser más realistas y darse cuenta de que sus cogollos acabarán mojándose tarde o temprano por las lluvias o el rocío, siendo algo normal para ellos. Precisamente por ello, muchas veces se deben usar preventivos contra infecciones fúngicas que se aplican por vía foliar, aunque siempre respetando el plazo de seguridad especificado por el fabricante.
8.- Utilizar un surfactante o agente mojante al pulverizar para mejorar la absorción del producto. Añadir unas pocas gotas de jabón potásico o algún otro jabón o detergente (sin perfumes ni tintas y que no sea antibacteriano) o jugo de yuca al pulverizar reduce la tensión superficial en el líquido, lo que permite un mejor recubrimiento y mejora la absorción del producto al evitar la formación de gotas grandes sobre la hoja.
9.- Utilizar un pulverizador fino para mejorar la absorción. Pueden utilizarse pulverizadores más gruesos en caso de utilizar té de compost o vida microbiana, que requiere de una boquilla algo más gruesa para que la inoculación sea más efectiva.
10.- Seguir las instrucciones del fabricante. Aseguraos de que consumir vuestras plantas es completamente seguro siguiendo al pie de la letra las instrucciones de uso y almacenamiento y plazos de seguridad facilitados por el fabricante. Si trabajáis con determinados productos, utilizad gafas, guantes y mascarilla de protección para evitar inhalar partículas nocivas. Recordad también que el hecho de que un producto sea orgánico no garantiza en absoluto que sea apto para el consumo humano.
Por qué pulverizar las plantas de cannabis?
Alimentación foliar
Si bien la fertilización foliar no puede substituir un buen abonado del suelo con materia orgánica de calidad, es comúnmente utilizada como remedio rápido para proporcionar a corto plazo algún nutriente de rápida asimilación a la planta, especialmente en caso de nutrientes secundarios como calcio, magnesio o azufre o de micronutrientes como el zinc, el manganeso, el hierro, el cobre, el boro o el molibdeno.
Ya en la década de los años 50, científicos de la Universidad Estatal de Michigan habían demostrado la efectividad de la alimentación foliar en diversos experimentos. Rociaron las plantas con fósforo y potasio radiactivos, de manera que con la ayuda de un contador Geiger podían monitorizar la absorción, movimiento y uso de los nutrientes en la planta. Observaron que los nutrientes son transportados a un ritmo aproximado de 30cm por hora hacia todas las partes de la planta. Su estudio arrojó otra significativa conclusión: la efectividad de la aplicación foliar de nutrientes es de un 95% aproximadamente, en comparación con el 10% en caso de riegos por vía radicular. Otros estudios han demostrado un 65% de absorción de nutrientes tan sólo 25 minutos después de la aplicación foliar.
Otra gran ventaja de la alimentación foliar es el hecho de que al aplicar nutrientes sobre el follaje se fuerza a las plantas a exudar más carbohidratos en el área radicular, lo que a su vez incrementa la actividad de la vida microbiana en esta zona, mejorando así la asimilación de nutrientes o los abonos para cannabis.
Debido a su efectividad y rapidez en mostrar resultados, la alimentación foliar es un gran aliado para los cultivadores que necesitan corregir alguna carencia casi de inmediato, proporcionando los nutrientes necesarios de una manera fácilmente asimilable por la planta y sin cargar el sustrato con fertilizantes, lo que puede llegar a causar un bloqueo en su asimilación debido a un exceso de sales en el suelo.
Aplicación de insecticidas y fungicidas
Muchos de los problemas causados por plagas y enfermedades del cannabis pueden tratarse con aplicaciones foliares de insecticidas o fungicidas, aunque cualquier cultivador experimentado sabe que la prevención es la clave. Para ello, el uso de productos orgánicos preventivos es de gran ayuda si uno quiere cosechar plantas sanas con éxito. Afortunadamente, muchos productos fitosanitarios orgánicos tienen la misma efectividad tanto como preventivos como para tratar plagas una vez éstas se han instalado.
El aceite de neem es uno de los productos más ampliamente utilizados como insecticida para cannabis (y como fungicida en menor medida), que no sólo puede combatir determinadas plagas sino que forma parte además del denominado IPM (Integrated pest management o control integrado de plagas) utilizado por un buen número de cultivadores en todo el mundo. Este control incluye la pulverización semanal de una mezcla de aceite de neem, jugo de aloe vera y silicato de potasio, como el Silicon Max (utilizado como emulgente del aceite) que fortalece a las plantas y las hace más resistente frente a condiciones estresantes. También pueden añadirse aceites esenciales de grado alimentario de romero o canela para mejorar sus propiedades antifúngicas.
El jabón potásico es otro producto no tóxico comúnmente utilizado como insecticida, particularmente efectivo contra insectos chupadores de cuerpo blando como los pulgones o los trips. Un truco contra los pulgones es pulverizar jabón potásico a pleno sol (siempre hay excepciones a la regla!), pues al secarse forma una coraza alrededor del insecto y éste muere en pocos minutos. Utilizadlo siempre con agua blanda – con bajo contenido en carbonato de calcio – para evitar la precipitación de la solución. Otros productos como Aliosan de Trabe (que incluyen el ajo como principal componente activo) funcionan muy bien como repelentes de diversas plagas, siendo muy útiles para prevenir infecciones. Podemos encontrar también productos orgánicos para combatir la araña roja (Spider Mite Control, Spider Plant), así como otros con Bacillus Thuringiensis como Cordalene de Trabe, efectivos para prevenir y tratar las orugas.
Por otra parte, si lo que buscamos son productos para pulverizar que sean efectivos contra hongos como el oídio o la botrytis, podemos optar por el extracto de propóleo como el Propolix de trabe, la cola de caballo, los extractos de canela como Cinnaprot, o los de caldos de ortiga.
Aplicación de estimuladores, potenciadores e inoculantes de vida microbiana
Existe también un elevado número de productos estimulantes y potenciadores formulados especialmente para aplicación foliar con el fin de incrementar el vigor y la resistencia de las plantas, fortificando su sistema inmune. Entre ellos, destacamos Acti-Vera de Biobizz, Delta 8 de Cannabiogen o Vita Race de Plagron, utilizados durante el periodo de crecimiento para obtener plantas más grandes y sanas antes de la floración.
Otra interesante opción es inocular a las plantas con microbios beneficiosos, lo que además de incrementar en gran medida la resistencia de éstas las protege frente a ataques de diversos patógenos. Productos como B+ de Jumus Organix o Pure de OG Tea contienen gran cantidad de estos microbios listos para mezclar con agua y pulverizar sobre las plantas.
Si vuestro presupuesto no os permite utilizar estos productos, existen numerosas recetas caseras de caldos, tés de compost o de plantas fermentadas y un largo etcétera de remedios por vía foliar que podéis hacer sin demasiados problemas en casa y de manera económica, además de respetuosa con el medio ambiente.
Elegir un pulverizador
Si vuestro jardín es pequeño o si sólo necesitáis pulverizar unas pocas plantas, un pulverizador de 750ml será más que suficiente para vosotros. Espacios de cultivo mayores o un número más elevado de plantas requerirán de un pulverizador de presión previa de 2L, incluso de un pulverizador de 5L con lanza y asa para el hombro en determinados casos. Aseguraos siempre de lavar el pulverizador tras cada uso para evitar mezclar trazas de distintos productos en su interior que podrían presentar incompatibilidades, mermando así su eficacia.
Esperamos que este artículo os haya ayudado a mantener vuestro jardín en mejores condiciones. Recordad que las aplicaciones foliares realizadas de manera periódica aumentarán la cantidad y calidad de vuestras cosechas, además de mantener a un buen número de plagas a raya. Aseguraos de utilizar los productos de manera responsable y respetuosa con vosotros mismos, con los que os rodean y con el medio ambiente.
Felices cosechas!