Lista de contenidos
- Cultivo de marihuana en interior con tierra para iniciados
- Selección de la genética de marihuana cultivar
- Germinación de las semillas de cannabis
- El sustrato y los abonos para marihuana
- Trasplantes de la planta de marijuana
- Espacio cultivable y potencia de luz adecuada para la marihuana
- Renovación de aire para la marihuana según tamaño de cultivo y potencia lumínica
- Humedad adecuada según fase de cultivo del cannabis
- Errores durante el crecimiento de las plantas de marihuana
- Periodos de sequedad en el cannabis
- Errores durante la floración de las plantas de marihuana
Cultivo de marihuana en interior con tierra para iniciados
Este post está encarado aquellos cultivadores de cannabis que empiezan con su cultivo dedicado al auto consumo de marihuana. Generalmente son muchas las dudas que se presentan cuando pensamos en un cultivo de marihuana en interior por primera vez. Hay muchos aspectos a tener en cuenta para que el cultivo sea exitoso y no se presenten problemas durante el transcurso del mismo.
Así pues trataremos según fase de cultivo los problemas que podemos encontrar durante el desarrollo del cultivo de la marihuana desde la germinación de las semillas hasta la cosecha.
Selección de la genética de marihuana cultivar
En primer lugar y empezaremos decidiendo que variedad de marihuana cultivar según nuestras necesidades, gustos y emplazamiento de cultivo.
Si disponemos de un recinto de cultivo más o menos convencional con unas medias parecidas a los armarios de cultivo más comunes como pueden ser los de 1.20 m2 x 2 m de altura podremos cultivar cualquier variedad comercial, no sucede lo mismo con las genéticas landrace sativas 100% pues a veces son indomesticables si previamente no han sido estabilizadas para el cultivo de interior.
Estas plantas no las consideraremos como variedades de fácil cultivo pues su largo periodo de floración junto con la vigorosidad vegetativa y la poca resistencia a muchas de las inclemencias meteorológicas harán que estas plantas fuera de su hábitat natural sean muy difíciles de cultivar en interior.
Para los cultivadores que se inician en el cultivo del cannabis, recomendaremos unas variedades de marihuana de fácil cultivo. Entendemos por fácil cultivo una planta que reúne una serie de características como por ejemplo: corta floración, resistencia a los hongos y plagas en general, resistencia a las altas temperaturas y una alimentación poco exigente.
Por el contrario si disponemos de un lugar con unas dimensiones más reducidas, como en el caso de aprovechar cualquier rincón de la casa para adecuarlo como recinto de cultivo, deberemos escoger unas genéticas que sean más controlables en altura resultando más pequeñas y compactas como suelen ser las variedades afganas así como las cepas de cannabis índica en general.
Si por lo contrario cultivamos plantas sativas en estos espacios tan reducidos tendremos problemas continuos derivados de la altura gastando mucho tiempo y esfuerzo en mantener su estatura lo bastante baja como para poder cosechar con tranquilidad y no sufrir por excesos de calor o quemaduras en los cogollos durante su floración.
Estas variedades de marihuana de fácil cultivo pueden tener la misma calidad que las plantas que son más complicadas de cultivar, destacando que cuanto mejor cuidada está una planta durante todo su ciclo vital mejores frutos nos dará siendo éstos más dulces, olorosos y potentes que la misma genética mal cultivada.
La calidad de humo, la potencia psicoactiva, producción de resina y de cogollos será mucho menor en una planta con carencias y/o excesos que en una planta que siempre ha estado bien alimentada. Es por este motivo que cuando nos iniciamos en el cultivo de cannabis será preferible tener en cuenta qué variedades utilizar para no tener sorpresas durante el cultivo.
Germinación de las semillas de cannabis
Para realizar la germinación de las semillas utilizaremos un método muy conocido, sencillo y útil como es el de germinar entre servilletas. Lo haremos con papel de cocina humedeciéndolas mediante un pulverizador y agua. Pondremos las semillas entre las servilletas y las taparemos para que aguante la humedad, sin llegar a encharcar el recinto donde germinamos, ya sean platos, bandejas…
Recomendamos no poner previamente las semillas en un vaso agua para «ablandarlas» en el caso de no controlar la técnica de germinación, dado que hay peligro de pudrimiento, infección y no acabarían por germinar nunca, quedando inservibles. Hay que tener en cuenta que las semillas de marihuana necesitan una oxigenación constante que no disponen dentro de un vaso de agua así que cuanto más tiempo pasen las semillas dentro del agua más probabilidad habrá de que la semilla no germine.
Dependiendo de la época del año en que cultivemos, si hace mucho frío deberemos poner las semillas a germinar en un lugar donde estén con una temperatura ambiental de unos 20º a 24º para favorecer la germinación. Si no tenemos en cuenta este factor y se germina con frío las semillas pueden no eclosionar aún siendo de buena calidad, es por este motivo que hay que cerciorarse bien de donde germinar y de que método utilizar para poder tener un 100% de éxito en la germinación.
Una vez las semillas han germinado las pasamos a los jiffys, estos tacos de turba nos ayudarán a realizar el segundo paso, hacer crecer la semilla hasta que salgan las dos primeras hojas redondas «falsas» llamadas cotiledones. Las semillas deben controlarse para ser depositadas en los jiffis o tacos de turba prensada, con la punta de la raíz mirando hacia arriba, justo cuando eclosionan y solo tienen una pequeña raíz de 1 a 2 milímetros.
Si tardamos más tiempo del necesario en poner las semillas ya germinadas en los jiffys la raíz crecerá y deberá plantarse mirando con la punta hacia abajo. El motivo es sencillo, cuando la semilla germina la raíz crece girando sobre ella misma introduciéndose en el sustrato elevando la parte aérea de donde crecerán las hojas. En este primer estadio de vida las plantas son muy endebles y deben estar bien aclimatadas en todos sus sentidos para que tengan un crecimiento vigoroso desde un inicio. En el caso de tener un desbarajuste en el ambiente de cultivo las plantas se verán afectadas en mayor o menor grado dependiendo siempre de la cantidad de desajustes que tengamos y la duración de los mismos.
Estos desajustes son generalmente ambientales, tales como humedades descompensadas en máximas y mínimas, temperaturas y renovación de aire que analizaremos más adelante.
Errores típicos en la germinación de las semillas de marihuana:
- Dejar las semillas en un vaso de agua. La oxigenación para la semilla es necesaria al 100%. Si se le quita el oxigeno la semilla muere por asfixia y esta no germinará. Para germinar las semillas necesitan humedad y oxigeno, la combinación adecuada de ambos hará que eclosionen en no más de 48h.
- Dejar las semillas germinando demasiado tiempo no será adecuado dado que la raíz puede deshidratarse, verse afectada por hongos o bacterias.
- Cambios bruscos en las condiciones ambientales como la humedad o la temperatura. Las semillas requieren de una constancia para poder germinar con facilidad si ésta constancia se ve alterada las semillas pueden verse afectadas.
- La falta de humedad durante la germinación. Las servilletas se secan y las semillas se deshidratan quedando inservibles por muerte prematura. En ocasiones reidratándola podemos recuperar la semilla en unas horas según lo maltrecha que haya quedado semilla.
El sustrato y los abonos para marihuana
El sustrato y los abonos es una parte muy importante a tener en cuenta en el cultivo de marihuana pues disponer de una buena tierra/sustrato bien nutrida con los abonos mezclados y dosificados en la tierra hará que el trabajo durante el cultivo se reduzca en gran medida. También podemos utilizar los abonos líquidos de más rápida asimilación en el caso de querer dosificar en cada riego el alimento de las plantas y tener un control más exhaustivo, para este caso requeriremos de un sustrato menos nutrido como en el caso del light mix de bio bizz.
Una buena alimentación hace que las plantas crezcan con una distancia internodal más reducida, adquieren color verde más intenso sin llegar a ser excesivo crean unas ramificaciones fuertes y un sistema radicular más exuberante. Al ser las plantas más compactas se obtendrán un mayor número de brotes y en consecuencia una producción de cogollos más elevada durante su floración.
Recomendamos evitar utilizar tierras que sean muy compactas, calcarías, arenosas que tengan mucha densidad etc. El motivo es sencillo, las plantas de cannabis requieren de un sustrato esponjoso, con nutrientes, que drene con facilidad pero que tenga la capacidad de retener la humedad e ir perdiéndola poco a poco para así volver a regar en cuestión de dos o tres días. De este modo las raíces estarán siempre en buen estado evitando podredumbres de raíz, problemas con hongos del tipo botrytis, oídio, mildiu, phytium o insectos como moscas del sustrato, etc.
Problemas derivados de un sustrato inadecuado para el cultivo del cannabis.
- Ralentización del crecimiento radicular. Las raíces crecen lentamente.
- Poca o nula asimilación de nutrientes por un PH demasiado alcalino o demasiado ácido.
- Retención excesiva del agua de drenaje creando excesos de humedad en las raíces recibiendo poco oxigeno y con posibilidad de tener una podredumbre de raíz.
- Aparición de carencias por contener poco alimento en el sustrato.
- Aparición de carencias por bloqueo de elementos nutritivos.
- Nutrientes fáciles de arrastrar con abundante agua en suelos arenosos.
- Contaminación del sustrato por salinización (cultivar con la misma tierra sin ser tratada previamente).
- Aparición de malas yerbas en el sustrato.
- Bichos en el sustrato que dañan las raíces.
- Hongos en el sustrato con esporas procedentes de otros cultivos con infección de hongos.
- Crecimiento espigado de las plantas.
Trasplantes de la planta de marijuana
Una vez tengamos las semillas germinadas en los jiffy’s y éstas hayan crecido mostrando las dos primeras hojas podremos proceder al primer trasplante. Este lo podemos realizar en una maceta pequeña de no más de 2L de capacidad siendo la más adecuada la de 0.5 a 1L de capacidad.
Lo ideal es realizar diferentes trasplantes para que las plantas puedan crecer más compactas, con menos distancia internodal creando el máximo número de raíces para poder florecer con fuerza para cuando las cambiemos al periodo de floración.
Un trasplante siempre representará un estrés para la planta ya que la cambiamos de emplazamiento y ésta debe aclimatarse nuevamente a la nueva maceta intentando evitar al máximo el estrés producido a las plantas. Un método sencillo para reducir el estrés será el de recrear un espacio exacto del tamaño de la maceta actual, en la nueva maceta donde realizaremos el trasplante de 3.25L.
Una vez recreado el agujero con el tamaño exacto realizamos el trasplante sacando la planta de su habitáculo. Para sacar la planta de la maceta será conveniente dar unos golpecitos a los laterales de la maceta para que las raíces no queden enganchadas a las paredes de la misma y éstas se rompan creando un considerable estrés a la planta de cannabis. Una vez tenemos las raíces fuera, la insertamos con cuidado en su nueva maceta y regamos los laterales con un poco de agua para hacer que las raíces vayan hacia la humedad y colonicen más rápido la nueva maceta.
Errores comunes en los trasplantes y el riego del cannabis
En primer lugar deberemos escoger el tamaño ideal de maceta habiendo previamente calculado cuantos trasplantes realizaremos y en que maceta. Uno de los errores más comunes es escoger una maceta demasiado grande para el tamaño de planta a cultivar. Si empezamos con una maceta de 20L (excepto para las plantas automáticas) nos encontraremos con que si realizamos un exceso de riego, el sustrato tardará mucho en secarse con lo que pueden surgir varios problemas derivados que pueden ser:
- Crecimiento lento de la planta.
- Falta de oxigenación en la zona radicular.
- Podredumbre de la raíz.
- Bloqueo en absorción y carencia de nutrientes causada por la falta de oxigenación.
Trasplantes adecuados para un cultivo de interior con 12 a 20 plantas por m2:
- 1er trasplante maceta de 0.5 – 1L o 1.4L
- 2º trasplante maceta de 3.25L
- 3 trasplante y final de 7 – 11L (opcional)
Los dos primeros trasplantes en un cultivo en tierra y con maceta se realizarán en la etapa de crecimiento cuando las luces están encendidas a 18h on y 6h off. El primer transplante será del jiffy a la maceata de 1L o 1.4L. El segundo de los trasplantes será de la maceta pequeña de 1L o 1.4L a la maceta de 3.25L.
Durante el periodo de pre floración, tras el primer día a 12h, realizaremos el 3er y definitivo trasplante. Este último trasplante se realiza en este momento para que las raíces tengan por un lado suficiente espacio en la maceta y puedan seguir creciendo (muy lentamente) y por el otro lado mejorar la capacidad de retención de agua por parte del sustrato.
Hay que destacar que cuantas más raíces hay, menos humedad retiene la tierra necesitando más cantidad de agua para poder mantener una humedad constante. De modo que si las plantas tienen muchas raíces y estas no absorben bien el agua de riego deberemos realizar un trasplante a una maceta un poco mayor como por ejemplo, pasar de una maceta de 3.5L a otra definitiva de 5L o7L (o más según necesidad de cultivo).
Espacio cultivable y potencia de luz adecuada para la marihuana
Este es otro punto importante antes de empezar un cultivo, hay una relación directa entre lo que representa la potencia lumínica y el espacio cultivable. Tenemos que mantener un equilibrio lógico entre las dimensiones del emplazamiento, el número de plantas a cultivar, el tamaño de las plantas. NO será adecuado cultivar un exceso de plantas en un lugar donde hay poco espacio pues solo conseguiremos tener más trabajo que si ponemos un número más reducido de plantas por m2.
Según técnicas de cultivo podemos plantar unas 25 a 30 plantas por m2 mediante un See Of Green (SOG) o mediante la técnica de SCROG cultivar unas 1 a 8 plantas aportando un crecimiento más largo y aplicando técnicas de poda como la fim o apical para multiplicar el número de cogollos a cosechar. Pero lo más sencillo para empezar será cultivar una mediana de unas 10-12-16 plantas según sea la genética más indica o sativa sin necesidad de realiza podas o ataduras para un cultivo más sencillo.
Armarios de cultivo de marihuana, relación espacio cultivable y potencia de luz.
- 0.50 m2 ideal con 250w
- 0.75 m2 adecuado para 250 – 400w
- 1 m2 ideal para 400w
- 1.20 m2 adecuado para 400w e ideal para 600w
- 1.50 m2 adecuado para 600w ideal para 2 x 400w
- 2 m2 ideal para 2 x 400w adecuado para 2 x 600w
- 2.40 m x 1.20m ideal para 2 x 600w
En este caso recomendamos el cultivo de 1m2 o 1.20m2 con 400w para iniciarse en el cultivo de cannabis de un modo sencillo y sin muchas complicaciones.
Así como existe una relación directa entre potencia lumínica y espacio de cultivo, también la habrá entre la potencia lumínica, el espacio de cultivo, la extracción y renovación de aire.
Una renovación de aire adecuada evitará acumulaciones de humedad y los posibles mohos que puedan llegar a aparecer. A parte las plantas disfrutarán de una excelente oxigenación del ambiente que le ayudará en todas las fases de cultivo.
Renovación de aire para la marihuana según tamaño de cultivo y potencia lumínica
En este caso podemos utilizar extractores de calidad como los RVK, más silenciosos, para evitar fuertes ruidos que producen tanto los extractores como los conductos de ventilación. Para estos casos en que queremos reducir el ruido producido por la extracción, disponemos de tubo sonoflex y caja insonorizante.
Los ventiladores serán otro elemento indispensable para remover el aire de dentro del recinto de cultivo y evitar condensación de agua en las plantas durante el periodo nocturno. Durante el periodo diurno nos servirán como disipadores de calor evacuando el aire caliente emitido por las bombillas de HPS a parte de remover el aire del espacio de cultivo.
La potencia del ventilador no debe ser desorbitada pues una corriente de aire continuada y potente directamente enfocada a las plantas hará que éstas se deshidraten. Entonces será mucho mejor utilizar un ventilador con regulador de potencia para poder adecuar la velocidad del ventilador a nuestras necesidades de cultivo. Cuanta más potencia tenga el foco y más cerca de las plantas esté más corriente de aire necesitaremos de modo que cuanto más alejado esté el foco de las plantas menor potencia de ventilador requeriremos.. Estos factores estarán directamente relacionados con la humedad del ambiente de cultivo.
Recordad que para optimizar la ventilación en el cultivo de cannabis la corriente de aire generada por el ventilador debe estar enfocada en el hueco que queda entre el reflector y la punta de la planta para que el calor generado por la bombilla se disipe con más facilidad sin deshidratar las plantas por tener una corriente de aire permanente azotando las plantas de marihuana.
Humedad adecuada según fase de cultivo del cannabis
La humedad durante el cultivo será uno de los aspectos importantes a tener en cuenta para poder optimizar la producción y calidad de las plantas sin tener problemas derivados de una mala gestión de la humedad.
El grado de humedad empezará siendo alto para ir rebajándolo poco a poco a medida que avanza el cultivo y siempre teniendo en cuenta la fase de vida en que se encuentra la planta. Nos podemos ayudar de un humidificador para controlar las humedades máximas y mínimas dentro del armario de cultivo.
En este caso hemos utilizado un humidificador de ultrasonidos Mist Maker, el cual funciona insertándolo en su flotador y este dentro de un cubo o barreño de unos 10-20l según necesidad de cultivo. Se puede conectar a un temporizador para controlar la humedad a ojo, lo cual requerirá de unas cuantas pruebas con el foco encendido y apagado para saber cual es el tiempo ideal de uso, o se puede conectar a un controlador de humedad automático que facilitará el control de la humedad durante todo el cultivo.
En la primera fase, tras la germinación necesitaremos una humedad relativa alta cercana al 80% de máxima o más y una mínima no inferior al 60%. En esta etapa las plantas estarán en el inicio del crecimiento de modo que cuanta más humedad haya en esta etapa más rápidas y sanas crecerán las plantas. A parte podemos rebajar unos grados la temperatura del cultivo de interior con un humidificador de modo que en aquellos casos en que se cultive a final de verano y existan un par de grados extra, el humidificador nos ayudará a controlarlos.
Una vez pasada esta primera fase, en la segunda, rebajaremos la humedad limitando el máximo a un límite de 65-70% durante el periodo nocturno y no bajar de un mínimo del 40-45% siendo ideal un 50% en el periodo diurno, pera evitar plagas de ácaros los cuales aparecerán por debajo del 40% de humedad.
Este rango de humedades relativas estará presente durante todo el cultivo y será en la tercera y última fase de cultivo cuando debamos rebajarlo a una máxima de un 50% durante la noche y un 40% durante el día, de este modo y junto al trabajo del sistema de ventilación evitaremos la aparición de posibles mohos como el oídio, botrytis que pueden dejarnos los cogollos inservibles en pocos días.
Errores durante el crecimiento de las plantas de marihuana
Durante el crecimiento se pueden cometer errores que por desconocimiento podemos realizar y que no solventaremos hasta que no seamos conscientes de ello pues el problema viene dado por no ver el error, a todos nos ha sucedido en nuestros inicios, cuando este se comete. A partir de ahora intentaremos reconocerlo al instante.
A nivel de riego son muchos los errores que se dan en las primeras etapas de crecimiento de las plantas de cannabis. Cuando las plantas son pequeñas y éstas no tienen un sistema radicular potente para poder absorber todo el agua de riego, en el caso de aportar un exceso de riego el sustrato queda demasiado húmedo haciendo que aparezcan diferentes amenazas que pueden atacar a nuestras plantas de marihuana.
Estas amenazas pueden ser entre otras, una podredumbre radicular, carencias derivadas de la falta de oxigenación del sustrato, carencias derivadas de un exceso humedad y frio en el sustrato junto a la aparición de hongos como la botrytis, Oidio, Phytium, etc.
El exceso de crecimiento de las plantas de marihuana durante su periodo vegetativo también puede convertirse en un problema para los iniciados en el cultivo de la marihuana. Las plantas pueden desmadrarse según variedad de planta o genética cultivada dado que el cambio de floración de alguna de ellas puede llegar a crecer el doble o el triple de su altura antes de ser pasadas al periodo de floración.
En estos casos en que nos vemos sorprendidos por este exceso de crecimiento deberemos tomar medidas para solventar dentro de lo que cabe este problema. Un exceso de altura repercutirá en las plantas negativamente si no realizamos ninguna poda de bajos, tener demasiados brotes fuera del alcance de la luz hará que la planta pierda producción en el tallo central debido a que utilizará parte de la energía para intentar sacar flores en los brotes más bajos de la planta los cuales no servirán ni para realizar extracciones de BHO porque su nivel terpénico y psicodélico no será para nada el de la parte superior de la planta de cannabis.
Excesos de fertilizante en el cultivo de la marihuana
Los excesos de fertilizante son un error habitual en el cultivo de cannabis. Muchos somos los cultivadores que se guían a partir de las indicaciones de los abonos. Las dosificaciones de los abonos a veces son un tanto excesivas dado que están creadas para alimentar plantas grandes las cuales sí aguantan los niveles de nutrientes que comentan en el prospecto del fabricante que encontramos en el mismo abono. Así pues ¿cómo podemos conocer exactamente que alimentación proporcionar a las plantas sin que éstas se sobre fertilicen?
Casi todos los abonos tienen unas dosificaciones de que suelen ir de 1 a 2ml por litro de agua durante todo el cultivo de modo que podemos empezar el cultivo con una dosis de 1ml (en el caso de tratarse de la dosificación comentada) por cada litro de agua y utilizar esta dosificación controlando las plantas y viendo en todo momento su reacción al cabo de un 2 – 3 días. Si observamos que las plantas mantienen un color verde bonito a nivel visual será señal que las plantas tienen unos niveles de nutrientes equilibrados y los absorbe con facilidad.
Por el contrario si observamos que sus hojas se retuercen un poco adoptando forma de garra, mirando hacia el suelo, querrá decir que nos hemos excedido con la dosificación de los abonos teniendo que reducir su concentración de ml/l en cada riego previo lavado de raíz.
Otro de los errores comunes en el cultivo del cannabis es regar con abono en cada riego, tenemos que pensar que la tierra donde las plantas viven actúa como almacén de alimentos para que las raíces puedan acceder a ellos cuando realmente lo requieren. El sustrato se puede verse saturado de sales aportadas por los abonos de rápida absorción, como suelen ser gran parte de la composición de todos los abonos líquidos que podemos encontrar en el mercado. Las plantas se sobre fertilizarán rápidamente y deberemos proceder a realizar un lavado de raíz para lixiviar el sustrato y deberemos esperar a que las plantas se recuperen para poder volver a regar con abonos.
Periodos de sequedad en el cannabis
Como ya hemos comentado antes, el riego es una parte muy importante en el desarrollo de las plantas de cannabis y mantener un equilibrio entre periodos de sequedad y humedad será esencial para poder tener optimizado el cultivo desde un inicio.
¿Como controlar este aspecto para saber cuando regar las plantas de marihuana? Existe un método muy sencillo para poder saber si toca regar o no, básicamente se trata de coger con la mano la maceta y sobre pesarla para saber con el peso si contiene o no humedad. Según pese más o menos tendrá más o menos humedad y deberemos regar más o menos.
Otro método sencillo para el control de la humedad en la maceta será el de mirar a través de los agujeros de drenaje, si vemos que la tierra está seca, de color claro, deberemos regar. También podemos abrir lateralmente un poco la maceta para ver con hasta donde alcanza la humedad, si observamos que el sustrato está seco y solo el fondo contiene humedad podremos regar.
Si dejamos que las plantas de marihuana sufran por un exceso de sequedad del sustrato estas se verán afectadas, las raíces se secan y se mueren quedando mermada su capacidad para absorber los nutrientes aportados. A parte la planta como no puede acceder al alimento mientras ésta está sin agua en el sustrato de modo que accederá a los nutrientes que tiene disponible en sus hojas apareciendo carencias en las plantas aún teniendo el alimento a su alcance en el sustrato. ¿Cómo remediarlo? básicamente trataremos de rehidratar el sustrato para que la planta tenga acceso a los nutrientes.
Es posible que al tener el sustrato tan seco, éste expulse el agua que se le aporte de modo que deberemos poner un contenedor, plato o bandeja para que el sustrato pueda absorber el agua por capilaridad, subiendo por los agujeros de la maceta en dirección ascendente al tallo. Una vez el sustrato está hidratado podemos seguir regando con normalidad y según lo aconsejado.
Errores durante la floración de las plantas de marihuana
El periodo de floración dura como mínimo 6-8 semanas y este se empieza a contabilizar a partir del momento en que pasamos las plantas a 12h de luz. A partir de este momento deberemos tener el ambiente de cultivo dirigido a la floración. Modificaremos poco a poco diferentes constantes vitales del cultivo para optimizar la floración de la planta de marihuana.
Exceso y carencia de abonos
El exceso de fertilizante en una planta de marihuana viene dada por haber aplicado demasiada cantidad de fertilizante a la planta. Este exceso repercute negativamente en el cultivo pues la planta se estresa cambiando el metabolismo enfocándolo a expulsar el exceso de nutrientes, deshidratando las hojas y dejándolas con un aspecto arrugado y con un tacto áspero.
Exceso de agua y humedad para la marihuana
Un exceso de agua durante el periodo de floración, cuando no regamos con abono, puede hacer que retiremos sin querer gran parte de los nutrientes disponibles en el sustrato haciendo que la planta no pueda acceder a ellos y acabe provocando una carencia de algún macro o micro nutriente.
Debemos destacar también que regar en exceso puede provocar un pudrimiento radicular en la planta de cannabis que dependiendo del grado de afectación hasta podrían llegar a morir en poco tiempo. Esta acumulación de agua creará un exceso de humedad ambiental que puede supera el 70-75% durante el periodo nocturno y/o pudiendo sufrir cualquier ataque de hongos como la botrytis o el oídio dejando la cosecha muy mermada y en malas condiciones para su posterior consumo. Para ir sobre seguro deberemos utilizar el método de riego comentando anteriormente.
Periodos de sequedad en floración en el cannabis
Durante el periodo de floración la planta necesita más agua que en el periodo de crecimiento de modo que deberemos ir aumentando la dosis a medida que ellas lo requieran, la demanda se hará visible a través de la planta y del sustrato tal y como hemos comentado con anterioridad. Las dosis de nutrientes también deberán aumentando al mismo ritmo que vayan creciendo los cogollos, hasta llegar a una fase en que la planta solo se dedican a madurar los cogollos y ya no requieren de tantos nutrientes. Llegado a este punto el cual suele ser a dos semanas de la cosecha (dependiendo de la variedad) podemos optar por no aportar más abonos durante el resto de la floración.
En el caso que la planta no tenga todo el agua que necesite, durante la fase de floración, sus cogollos se verán afectados en todos sus sentidos, serán menos compactos, menos sabrosos, menos olorosos y les costará mucho madurar debido a que no disponen de la energía suficiente para hacerlo. La planta requiere de un gran esfuerzo para crear grandes cogollos así que deberá estar todo bien predispuesto y optimizado para poder cosechar un cannabis de gran calidad y producción.
Exceso de calor en las plantas de marihuana
Las plantas de cannabis responden bien dentro de unos rangos de temperaturas, estos oscilan entre los 20-27º siendo el más adecuada una temperatura sobre los 24º. Si durante el cultivo tenemos temperaturas muy altas las plantas de marihuana se estresarán y gastarán mucha energía en refrigerar su metabolismo. En el periodo de floración tener un exceso de temperatura significa tener una perdida en la producción de cogollos los cuales se volverán muy esponjosos, sin adquirir peso, sin olor ni sabor, en fin un producto final de poca calidad.
Este exceso de calor lo podremos divisar a partir de las hojas de la planta las cuales les cuesta mucho abrir los estomas para poder respirar, los bordes de las hojas se erizan hacia arriba, para solventar este inconveniente deberemos tener bien adecuado el sistema de ventilación con su extractor, intractor y ventilador. Las quemaduras en las hojas pueden aparecer causadas por un exceso de lúmenes o de calor, en estos casos deberemos aumentar la distancia del foco a las plantas para poder rebajar unos grados el calor generado por las bombilla HPS o acoplar un reflector cooltube.
Distancias recomendadas según potencia lumínica para el cannabis
- 250 w a 25 cm
- 400 w a 40 cm
- 600 w a 50-60 cm
El exceso de calor también influirá en la cantidad de agua a aportar a las plantas durante su cultivo, un ambiente muy caluroso va a requerir más agua que uno que tenga un ambiente de cultivo más controlado y con una temperatura más baja.