Lista de contenidos
- Qué es el déficit de presión de vapor?
- Relación entre temperatura y humedad en el cultivo de cannabis
- Cómo calcular el DPV en un cultivo de cannabis
- Cómo controlar la temperatura y la humedad en un cultivo interior
Qué es el déficit de presión de vapor?
A menudo, los cultivadores de marihuana que cultivan marihuana en armarios de cultivo o salas de interior bajo luz artificial tienen en cuenta parámetros como la temperatura y la humedad relativa para maximizar el crecimiento y floración de sus plantas y obtener así cosechas abundantes de flores de la mejor calidad. Como veremos más adelante, estos factores afectan en diversos procesos de la planta, tales como la transpiración o la asimilación de nutrientes.
Sin embargo, a menudo se olvida otro importante factor que viene relacionado con los dos que hemos comentado: el déficit de presión de vapor o DPV. A grandes rasgos, y sin querer entrar en descripciones demasiado complejas, el DPV es la diferencia entre la cantidad de vapor de agua que puede llegar a retener la atmósfera (que depende de la temperatura) y la cantidad de vapor de agua contenida en ésta en un momento dado (la humedad relativa). Normalmente se mide en kilopascales (kPa).
Proporcionar a nuestras plantas una adecuada relación entre temperatura y humedad relativa hará que nos mantengamos en unos parámetros de DPV correctos, lo que se traduce en un aumento considerable en la actividad de la planta, que se desarrollará con mucho más vigor en crecimiento y mostrará todo su potencial durante la fase de floración. Así, lo ideal será ajustar ambos parámetros (temperatura y humedad) para conseguir el mejor valor de DPV posible, de manera que el desarrollo de las plantas sea explosivo.
Relación entre temperatura y humedad en el cultivo de cannabis
En la tabla que habéis visto podéis consultar los valores adecuados de temperatura y humedad para conseguir maximizar el crecimiento. La zona verde os muestra los valores óptimos de DPV, en los que sería ideal mantenernos. La zona naranja muestra valores correctos, con los que las plantas no deberían tener problemas en desarrollarse normalmente. Sin embargo, las zonas coloreadas en rojo muestran valores con los que vuestras plantas estarán muy lejos de mostrar todo su potencial dado que la relación entre temperatura y humedad ambiental no es adecuada.
Con valores relativamente elevados de DPV (entre 5 y 12 aproximadamente) las plantas tienden a abrir sus estomas y a liberar una cantidad considerable de vapor de agua al ambiente (aumentan su transpiración). Esta mayor transpiración se traduce en un aumento en la actividad fotosintética de la planta, que necesitará más nutrientes y aumentará su rendimiento general, tanto en crecimiento vegetativo como en desarrollo de flores. El mejor rango es entre 7.5 y 10.5, que hemos marcado en color verde. No obstante, debemos tener cuidado de que el DPV no sea demasiado elevado (zona rojo oscuro), pues la planta cerraría sus estomas para evitar así evaporar demasiada agua al ambiente, lo que a su vez se traduciría en una rápida deshidratación debido a una transpiración excesiva.
En caso contrario, si el DPV es demasiado bajo (zona rojo claro), las plantas también cerrarán sus estomas para no liberar más agua a la atmósfera, que en este caso ésta estaría ya – casi – totalmente saturada, es decir, habría alcanzado la capacidad máxima de retención de agua a una temperatura concreta. De esta forma, al reducirse la transpiración se reducirá también la fotosíntesis, lo que repercute directamente en el desarrollo y rendimiento de la planta.
En este enlace podéis consultar la tabla DPV para la fase de floración.
Así, nos damos cuenta de que el DPV es de suma importancia a la hora de ofrecer las mejores condiciones de desarrollo posible para las plantas, así como para entender mejor sus requerimientos hídricos y en relación a abonos para cannabis y poder ajustarlos de esta forma a las necesidades y deseos del propio cultivador. Hemos visto también cómo la mejor manera de mantenerse en un valor correcto de DPV es influir directamente en la temperatura y/o humedad relativa del espacio de cultivo, algo para lo que disponemos de un gran número de opciones, como veremos más adelante.
Cómo calcular el DPV en un cultivo de cannabis
Para calcular el déficit de presión de vapor en nuestro espacio de cultivo tan solo necesitamos saber la temperatura y humedad relativa en su interior y conocer los valores de presión de vapor saturado (SVP) para una temperatura dada, que os ofrecemos a continuación.
Tabla de valores de presión de vapor saturado
Para calcular el DPV utilizaremos la siguiente fórmula:
DPV = ((100 – RH)/100)*SVP
Veamos un ejemplo: imaginad que tenemos una sala de cultivo a 28ºC con una humedad relativa del 75%. Si consultamos la tabla de valores de SVP, sabremos que a 28 grados celsius le corresponden 3779 Pa. Apliquemos la fórmula:
DPV = ((100-75)/100)*3779 por lo que DPV = 0,25*3779 = 945 pascales = 9.45 hectopascales
Teniendo en cuenta que los valores de la tabla vienen dados en hectopascales, esto nos da un resultado de 9.45 hPa, un valor situado en la franja verde del gráfico, perfecto para el desarrollo de nuestras plantas. Si restamos al SVP el valor que hemos conseguido sabremos el déficit de saturación, es decir, la cantidad de agua que le falta al ambiente para empezar a formar rocío.
Niveles bajos de DPV combinados con una humedad relativa alta (zona roja clara) pueden ser causa de carencias de nutrientes, fenómenos de gutación, diversas enfermedades o crecimiento débil, mientras que un valor alto de DPV combinado con baja humedad relativa (zona roja oscura) pueden provocar marchitamiento, rizado en las hojas, crecimiento estancado u hojas crujientes.
Cómo controlar la temperatura y la humedad en un cultivo interior
Si soléis consultar la sección de cultivo de interior de nuestro Blog ya conoceréis la mayor parte de sistemas para el control del clima en este tipo de cultivos. Sin embargo, vamos a hacer un breve repaso para aquellos que no tengáis claro como realizar el montaje de un cultivo interior.
Los equipos de iluminación utilizados en interior (normalmente lámparas de vapor de sodio) emiten bastante calor, por lo que un elemento indispensable para regular el clima correctamente es un equipo de extracción de aire. Gracias a él podremos expulsar el calor emitido por la bombilla y la humedad producida por las propias plantas, así como introducir aire nuevo y fresco en el cultivo. Los extractores de aire más modernos incluyen controladores de temperatura o humedad (o ambos) que los encienden o apagan en función de los valores prefijados por el usuario. Por supuesto, existen también controladores de clima independientes a las que podemos conectar todo tipo de dispositivos con los que conseguiremos regular la temperatura y la humedad relativa dentro del espacio de cultivo.
Podemos así conectar un humidificador de aire en caso de necesitar subir la humedad relativa, o ventiladores si lo que queremos es que ésta baje. Con los controladores de clima también podremos modificar la velocidad del equipo de extracción y ajustarla para que se expulse la cantidad justa de calor y humedad que necesitemos. Si la temperatura es demasiado alta podemos usar bombillas de menor potencia o equipos LED phytoled, incrementar la extracción y la ventilación o utilizar aire acondicionado.
Por contra, si lo que se necesita es subir la temperatura, podemos incorporar al montaje algún dispositivo calentador como los calentadores tubulares para invernadero o las mantas térmicas. Reducir la ventilación y la extracción ayudará, aunque entonces se debe controlar un más que posible aumento en la humedad. En definitiva, los controladores de clima nos permiten fijar unos valores de temperatura y humedad que marcarán el funcionamiento de todos los aparatos que conectemos, lo que sin duda representa una gran ayuda para el cultivador.
Los deshumificadores como el caso del, deshumidificador Drybox, rebajan la humedad ambiental mientas liberan calor, lo que puede ser de ayuda en determinados casos en los que se cultive en lugares muy húmedos y fríos, como por ejemplo sótanos. Podemos también optar por añadir CO2 al ambiente, aunque esto suele estar reservado a los cultivadores más experimentados y que tienen su cultivo completamente optimizado. Como vemos, existen numerosas opciones en el mercado para satisfacer todas las necesidades y conseguir el clima ideal para nuestras plantas, lo que repercute de manera directa en su rendimiento y por supuesto en la producción y calidad de las flores.
No dudéis en dejar vuestros comentarios y dudas, estaremos encantados de responderos!