Lista de contenidos
- Fitosanitarios y cannabis
- Fertilizantes para cannabis y sostenibilidad
- Abonos orgánicos y minerales
- La huella de carbono de los abonos
- El sustrato del cannabis
- Tipos de sustrato para cannabis
- Uso del agua en el cultivo de cannabis
- Microvida y reutilización del sustrato
- ¿Cultivo de cannabis en interior sostenible?
- Eficiencia de la iluminación en el cultivo interior
- Fotoperiodo y cultivo interior
- Control del clima en el cultivo interior
- Energía solar y cultivo interior de cannabis
Si bien como grow shop vendemos todo tipo de productos relacionados con el cultivo, desde los más modernos sistemas hidropónicos a fertilizantes de origen completamente orgánico, en Alchimia nos preocupa el cuidado del medio ambiente y siempre procuramos ofreceros ya no sólo los productos necesarios para una actividad de cultivo ecológica, sino también información sobre cómo conseguir que vuestros cultivos tengan el mínimo impacto negativo en la Naturaleza.
Y es que, al igual que sucede con casi cualquier otro tipo de cultivo, el de cannabis no está exento de malas prácticas y puede resultar desastroso de cara al medio ambiente, mucho más perjudicial que en caso de seguir otro tipo de métodos. Ya no se trata sólo de usar un tipo de sustrato o fertilizantes en concreto, sino de analizar nuestra práctica de manera global, teniendo en cuenta la huella de carbono de cada producto, insumo o incluso técnica que utilicemos. Hemos analizado nuestros propios cultivos desde este punto de vista, y queremos compartir con vosotros las conclusiones a las que hemos llegado. Proteger el medio ambiente es protegernos a nosotros mismos, y como veréis es más fácil de hacer de lo que parece!
Fitosanitarios y cannabis
El uso de productos fitosanitarios como insecticidas o fungicidas – y especialmente en cultivos de exterior – requiere de una buena dosis de responsabilidad, pues utilizar este tipo de productos de manera indiscriminada puede no sólo dañar la fauna existente dentro del ambiente de cultivo, sino también la importante vida microbiana presente en el sustrato. De esta forma, deberemos intentar reducir al máximo la aplicación de fitosanitarios en los cultivos, procurando ceñirnos a programas preventivos de plagas basados en productos ecológicos.
Como podéis ver en este enlace a nuestro artículo sobre el uso responsable de pesticidas en el cultivo de cannabis, existe una gran diferencia entre un uso correcto y uno incorrecto de estos productos, pues pueden representar un impacto negativo en la fauna de una zona determinada y que puede apreciarse a simple vista. Además, técnicas como la alelopatía pueden ayudarnos en gran medida a mantener a raya a muchas plagas, por lo que también merece la pena prestarles la debida atención.
Plantas alelopáticas y cultivo de cannabis
¿Cómo se asocian las plantas entre sí? ¿Podemos conseguir mejores cosechas gracias al cultivo simultáneo de otras especies vegetales? La alelopatía es un fenómeno por el cual un organismo vivo incide directamente en otros organismos de su entorno. En este artículo os contamos más y os explicamos cómo puede ayudarnos otro tipo de cultivo simultáneo a tener unas plantas de Cannabis más sanas y productivas.
Fertilizantes para cannabis y sostenibilidad
Abonos orgánicos y minerales
La cuestión de la fertilización de cultivos agrícolas lleva debatiéndose desde hace décadas; sin lugar a dudas, el ser humano está abusando del uso de abonos minerales para nutrir sus campos, lo que puede llevarnos a consecuencias fatales en unas décadas. Contaminamos el medio ambiente al producirlos, al transportarlos y también al utilizarlos, así que definitivamente debemos «cambiar el chip» y darnos cuenta que el futuro del cultivo en general pasa por una gestión mucho más ecológica de nuestros cultivos.
Por supuesto, esta gestión va íntimamente ligada al aprovechamiento de las diversas fuentes de nutrientes 100% orgánicos y disponibles para su uso con – en la mayoría de casos – apenas un tratamiento o procesado necesario que no sea el envasado del material en sí. Utilizando abonos orgánicos no sólo evitamos contaminar al producirlos, sino que de hecho podemos mejorar las condiciones actuales de un medio de cultivo al utilizarlos. En definitiva, los beneficios de la fertilización orgánica tanto para la calidad del producto final como para la sostenibilidad están fuera de toda duda, y el uso masivo de abonos minerales liga muy bien con ese dicho que reza «pan para hoy, hambre para mañana». Además, y como podéis ver en nuestra categoría de cultivo orgánico de marihuana, tenéis varias opciones a la hora de fabricaros vuestro propio fertilizante orgánico!
La huella de carbono de los abonos
Producir o transportar cualquier producto conlleva generar contaminación, por pequeña que sea. Esto es algo que muchos consumidores ya han asimilado en su día a día, procurando adquirir siempre materiales amigables con el medio ambiente, pero también productos de proximidad. Decidir utilizar guano para nutrir nuestros cultivos puede ser mejor idea que añadir puñados de fósforo al campo, pero puede no tener mucho sentido si estamos adquiriendo un guano de murciélago que ha tenido que viajar 10.000km hasta nuestra casa!
De esta forma, es también aconsejable fijarnos en el origen de los fertilizantes que compramos, pues podemos reducir significativamente su huella de carbono si los escogemos de proximidad. Aunque estemos a punto de adquirir una gama completa de nutrientes minerales de última generación, es algo que siempre podemos tener en cuenta, independientemente de la naturaleza del producto en sí. Intentando evitar un tránsito de mercancías que en muchos casos es del todo ilógico, ya estaremos dando un importante paso!
El sustrato del cannabis
Tipos de sustrato para cannabis
Como hemos comentado, e independientemente del tipo de abonos que acabemos usando, la proximidad es un factor importante a tener en cuenta de cara a la elección del tipo de sustrato a utilizar. Ya se trate de fibra de coco o de sustrato común para cannabis (que suele ser una mezcla de turbas y coco), es interesante tener en cuenta el factor de la proximidad, así como el de la calidad del sustrato en sí (procuraremos que sea rico en microvida).
En relación al contenedor para el sustrato, el mejor tipo de contenedores serán las macetas textiles; sobra decirlo, contaminan mucho menos que las de plástico, además de tener una serie de virtudes que hacen que el crecimiento radicular y el desarrollo general de la planta mejoren en gran medida. Su precio es más elevado que el de las macetas de plástico convencionales, pero las ventajas que ofrecen (sostenibilidad, pueden reutilizarse, desarrollo de la planta) hacen que merezcan – y mucho – la pena!
Uso del agua en el cultivo de cannabis
Como todo cultivador sabe, el agua es un recurso vital y precioso para el campo, y su gestión puede determinar no sólo el éxito o fracaso de la cosecha, sino también gran parte del grado de sostenibilidad de su actividad. Ponerse a cultivar frutas tropicales en un desierto puede resultar curioso, pero sin duda representará un gasto de agua totalmente fuera de lugar en el contexto de ese ecosistema particular!
Con respecto al cannabis, ajustarnos a las verdaderas necesidades hídricas de cada planta y no excedernos en el riego será importante, ya no sólo para no desperdiciar agua, sino para conseguir mejores resultados. Como podéis ver con más profundidad en el siguiente enlace, el cannabis lleva muy mal la falta de agua, pero no reacciona mucho mejor a un exceso de riego!
Exceso de riego en la marihuana
El exceso de agua en el riego es un error frecuente que se debe tener en cuenta cuando uno empieza en el cultivo del cannabis y quiere evitarse muchas pérdidas de semillas o plantas durante su cultivo, vemos como evitar que se produzcan muertes súbitas por exceso de agua durante el cultivo de marihuana.
Respecto al agua sobrante de, por ejemplo, un lavado de raíces al final del cultivo, podemos también aprovecharla para regar otras plantas que tengamos, seguro que lo agradecerán! Lo mejor en este caso es ajustar el pH y EC del agua de drenaje para asegurarnos de que es apta y no contiene demasiados nutrientes o un pH desajustado.
Microvida y reutilización del sustrato
Reutilizar el medio de cultivo es una práctica cada vez más común entre el grupo de cultivadores más preocupados por el medio ambiente. Hoy en día tenemos muy claro cómo funciona la cadena alimentaria del suelo, y sabemos que con un mínimo mantenimiento podemos reutilizar nuestro sustrato cultivo tras cultivo. De hecho, podemos ir mejorándolo tras cada cosecha, consiguiendo un suelo rico en nutrientes y vida microbiana beneficiosa que sólo demandará un riego adecuado para ofrecer magníficos resultados.
Hoy en día existe una gran oferta en cuanto a suplementos y aditivos formulados para añadir vida microbiana al sustrato, así como otros productos como SimbioSoil Plus o Lurpe Earth Vibes Supersoil, elaborados precisamente con el fin de ayudar en la regeneración de medios de cultivo. La combinación de microvida y este tipo de productos permite al cultivador no sólo poder reutilizar su tierra, sino también tener un sustrato más vivo y equilibrado que el de partida.
¿Cultivo de cannabis en interior sostenible?
Sí, somos plenamente conscientes de ello… se hace difícil leer «cultivo interior» y «sostenible» en la misma frase. No obstante, y aunque se trate de una actividad cuya naturaleza choca frontalmente con el concepto de «amigable con el medio ambiente», el cultivador de interior también puede aportar su grano de arena y hacer que su instalación tenga un menor impacto en el planeta, de la misma forma que cuando uno compra un coche o un electrodoméstico y se decanta por versiones más «ecológicas» que otras. Veamos punto por punto qué podemos hacer para optimizar el cultivo interior en este sentido:
Eficiencia de la iluminación en el cultivo interior
Sin duda, por cuestiones de aprovechamiento de la luz, durabilidad y consumo, los paneles LED son la opción más eficiente de cara a iluminar un cultivo interior. Además, normalmente ofrecen la posibilidad de usar sólo una parte del panel, de manera que en según qué etapas como las primeras fases del crecimiento podemos optar por usar menos W por m2. Por desgracia, el precio de una lámpara LED apta para iluminar 1m2 es muy superior al de un equipo de descarga, aunque hay que decir que por producción y eficiencia en el consumo acaban saliendo a cuenta pese a la considerable inversión inicial.
En caso de usar lámparas de descarga (HPS, HM o CMH/LEC) podemos aprovecharnos de esta misma característica usando un balastro electrónico, que suelen permitir trabajar con varias posiciones de potencia, por ejemplo desde el 50% al 100% en tramos de 10%. De esta forma, si tenemos un kit HPS 600W mixto, podemos ponerlo al 50% durante el crecimiento y cambiar al 100% durante la floración, volviendo a rebajar la potencia durante el lavado de raíces final si lo estimamos necesario. Al final, se trata de actuar con la idea de que todo W que usemos contamina, y es precisamente la iluminación lo que más consume de un cultivo de este tipo… tengámoslo en cuenta, pues el precio de la electricidad no es precisamente barato!
Fotoperiodo y cultivo interior
Como norma general, se han establecido los fotoperiodos de 18/6 para crecimiento (18 horas de luz y 6 de oscuridad) y de 12/12 para floración. Por supuesto, y por ejemplo durante las épocas de más calor o frio, podemos «jugar» con estos fotoperiodos y conseguir mejores temperaturas, aunque también podemos hacerlo para ahorrar un poco en nuestro consumo eléctrico. Podemos, por ejemplo, florecer las plantas con 10 horas de luz diarias, ahorrando 2 horas de consumo cada día y notándolo poco en la producción final. O hacer este cambio durante las últimas semanas de floración, cuando las plantas ya no necesitan tanta luz como durante el pico de la misma.
Además, y este truco es el que de verdad nos hace ahorrar, podemos mantener nuestras plantas madre en crecimiento ininterrumpido consumiendo sólo 13 horas de luz al día frente a las 18 que solemos usar! Se trata simplemente de darles 12 horas de luz, 5 de oscuridad, una de luz y otras 6 de oscuridad. Las plantas habrán recibido sólo 13 horas de luz de las 24 que tiene el día, pero seguirán creciendo sin problemas (a un ritmo algo más lento, todo hay que decirlo).
Con estos dos sencillos trucos estamos ahorrando 7 horas de luz diarias… haced números, el ahorro es considerable y se trata de un fotoperiodo que a muchos cultivadores les funciona de maravilla durante el verano! Hablando del verano… si estáis pensando en un aire acondicionado para el cultivo, especialmente para mantener madres, tened en cuenta la información que os dimos sobre el déficit de presión de vapor en nuestro post sobre temperatura y humedad en el cultivo de cannabis, os aseguramos que es posible que invirtiendo en un simple humidificador os libréis del problema del calor.
Además, y como podéis ver también en otro nuestro artículo sobre el cultivo exterior fuera de temporada, con un sencillo invernadero y un pequeño armario de cultivo para madres y clones podemos hacer varias cosechas de exterior al año, de manera que muchos cultivadores pueden autoabastecerse sin necesidad de florecer plantas en interior, con el consecuente ahorro tanto económico como en términos de contaminación.
Control del clima en el cultivo interior
A parte del truco que os hemos explicado de aumentar la humedad dentro del cultivo en vez de instalar un aire acondicionado para combatir el calor, una de las mejores opciones para reducir el consumo de los extractores de aire y ventiladores es, sin duda, el uso de una unidad de control de clima. Gracias a estos aparatos, podemos reducir la velocidad de ambos, de manera que reducimos también su consumo eléctrico. Además, en la mayoría de ocasiones siempre se nota un cambio a mejor al usar estas unidades, pues el clima se regula mejor y las plantas responden de maravilla.
Energía solar y cultivo interior de cannabis
Cada vez es más común, especialmente entre los autocultivadores que no tienen una gran instalación, usar la energía solar para alimentar el cultivo interior. De forma parecida a lo que sucede con los paneles LED, es una opción que requiere de una inversión inicial importante, aunque sobra decirlo, con el tiempo «se paga sola», pues el ahorro en energía eléctrica al precio que la tenemos hoy en día es considerable para cualquier bolsillo.
En caso de tener una instalación algo grande o no querer (o no poder) invertir tanto dinero en la instalación de placas solares, siempre puede optarse por alimentar con ellas todos los aparatos eléctricos del cultivo excepto el sistema de iluminación, consiguiendo un ahorro que ya es considerable simplemente conectando los extractores de aire, humidificadores, ventiladores, bombas de riego, etc… a la instalación solar y dejando las lámparas conectadas al suministro eléctrico contratado.
En definitiva, y como habréis podido observar, se trata de aplicar las famosas 3 Erres, Reducir, Reutilizar y Reciclar, pero al ámbito del cultivo. Con la última R poco puede hacer el cultivador, pero definitivamente está en nuestra mano tanto reducir nuestro consumo (desde el número de macetas hasta la factura de electricidad) como reutilizar algunos de los materiales necesarios para nuestra actividad. El medio ambiente nos lo agradecerá, eso seguro!
Felices cosechas!