Lista de contenidos
- Ventajas de cutivar semillas feminizadas
- Cruces entre hembras, nacen las semillas de marihuana feminizadas
- Métodos para producir semillas feminizadas
- Estrés controlado o rodelización
- STS o tiosulfato de plata
- Plata Coloidal
- Nitrato de plata
- Ácido giberélico
- Leyendas urbanas y mentiras sobre las semillas feminizadas
- Las semillas feminizadas producen plantas hermafroditas:
- Las semillas feminizadas producen plantas mutantes:
- Las semillas feminizadas tienen químicos:
- Las semillas feminizadas son OGM
Hasta la década de los 90, cualquier cultivador de cannabis sabía que, en algún momento del cultivo, debía separar las plantas macho de las hembras si no quería ver como las primeras polinizaban y dejaban totalmente llenas de semillas a las segundas. No obstante, en esa época los bancos pioneros en la producción de semillas de cannabis como Dutch Passion, revolucionaron la escena Cannábica con la aparición de las primeras variedades de cannabis feminizadas, dicho de otro modo, un tipo de semillas de las que sólo salen plantas hembra. A principios del año 2000 eran ya muchos bancos los que ofrecían este tipo de semillas, versiones Feminizadas de los clásicos que llevaban años siendo cultivados en formato Regular.
Seguro que a estas alturas habréis cultivado alguna semilla feminizada alguna vez, quizá incluso aunque seáis puristas y acérrimos defensores de las semillas regulares. Sin embargo…¿sabéis de donde vienen las semillas feminizadas? ¿Conocéis los procesos más comunes que utilizan los breeders y productores para conseguirlas? En este artículo os lo contamos todo!
Ventajas de cutivar semillas feminizadas
En efecto, la aparición de las semillas feminizadas supuso una auténtica revolución en el sector cannábico. Los cultivadores podían confiar en que todas sus plantas serían hembras, sin necesidad ya de distinguir entre plantas macho y hembra y sin tener que retirar los machos que pudieran arruinar el cultivo, lo que ofrece una serie de ventajas de una importancia considerable:
- Ahorro de espacio y de recursos: se acabó cultivar plantas durante semanas que después habrá que eliminar por ser machos
- Fiabilidad: no es que la mayoría de plantas sean hembras, o que se tengan más posibilidades de conseguir hembras… genéticamente, las plantas que provienen de semillas feminizadas sólo tienen cromosomas hembra (XX), por lo que el método tiene una fiabilidad del 99%
- Plantas sinsemilla: no tener machos en el cultivo significa que nuestras hembras no serán polinizadas, por lo que no producirán semillas alguna durante el periodo de floración (algo que todo cultivador desea, a no ser que quiera precisamente producir semillas)
Estas ventajas no dejaron indiferente al cultivador, y pronto las semillas feminizadas supusieron una gran proporción de las semillas vendidas en el mercado cannábico. Además, el hecho de poder utilizar sólo plantas hembra (normalmente, clones conocidos y seleccionados) para producir semillas suponía otra gran ventaja para los productores de semillas y criadores de nuevas variedades: ya no tenían que conservar machos en su reserva genética! Y no sólo eso… desde ese momento, cualquier planta hembra que cayera en sus manos podía ser utilizada como macho para polinizar a otra, lo que aumentaba las posibilidades de nuevos cruces de manera exponencial.
No resulta extraño pues que a día de hoy las semillas feminizadas representen casi la totalidad de semillas comercializadas, pues como vemos ofrecen una serie de importantes ventajas ya seas cultivador doméstico, profesional o criador de nuevas genéticas, y ya prefieras plantas fotodependientes o semillas autoflorecientes. La gran desventaja de este método es a estas alturas de sobra conocida y debatida: el cultivador que adquiere este tipo de semillas no puede hacerse sus propias semillas al no disponer de machos, así que la única manera que tiene de hacerlo es mediante el mismo proceso con el que se obtienen este tipo de semillas. Pero…¿cuáles son estos procesos y en qué se basan?
Cruces entre hembras, nacen las semillas de marihuana feminizadas
Como ya hemos comentado, las semillas feminizadas nacen a partir de un proceso por el que se revierte el sexo de una hembra, es decir, se la fuerza de distintas maneras a producir flores macho. De esta forma, y una vez en floración, la hembra escogida para la reversión empezará a formar lo que conocemos como flores macho (estambres y anteras), que al igual que sucede en las plantas macho soltarán el polen que fecundará las flores de las plantas hembra. ¿Cuál es la diferencia entre un macho y una hembra revertida entonces?
El sexo de las plantas de cannabis se determina, al igual que el nuestro mismo, mediante los llamados cromosomas sexuales o gonosomas. Las plantas macho disponen de una pareja de cromosomas sexuales distintos llamados «XY» o heterogaméticos, mientras que los de las hembras son iguales y llamados «XX» o homogaméticos. Al cruzar un macho (XY) con una hembra (XX), obtenemos aproximadamente la mitad de plantas de cada clase en la descendencia. Dicho de otro modo: cuando un productor de semillas usa un macho y una hembra, las semillas producidas serán aproximadamente 50% machos y 50% hembras.
Tras esta explicación, muchos os habréis dado cuenta ya de que si cruzamos dos plantas hembra (revirtiendo el sexo de una de ellas para forzarla a producir polen), el resultado serán semillas que producirán plantas hembra, pues en la ecuación sólo han entrado cromosomas sexuales femeninos. Si cruzando XY con XX obteníamos un 50% de cada una (machos y hembras), cruzando XX con XX obtenemos plantas que sólo presentan los cromosomas XX, es decir, plantas que son hembras. Y es que por mucho que «convirtamos» a una hembra en macho, lo que no hemos hecho es cambiar su composición genética, que sigue siendo de hembra, XX. De esta manera, el polen producido por esta planta transmitirá exclusivamente cromosomas sexuales femeninos.
Como vemos pues, y aunque comunmente se utiliza la expresión «revertir el sexo de una planta«, no es exactamente eso lo que se hace, pues los cromosomas sexuales de la planta hembra (XX) no han variado aunque consigamos que ésta produzca flores macho. Este «cambio de sexo» de las plantas hembra se consigue de varias formas, pero normalmente siempre con el mismo objetivo: reducir el nivel de etileno en los tejidos vegetales y/o inhibir la acción del etileno, lo que causa que la planta produzca flores macho al entrar en floración como si se tratara de un macho proveniente de semillas regulares. Y es que el etileno es un regulador natural del sexo en las plantas!
Veamos a continuación cuáles son las más populares formas de revertir el sexo de las plantas hembra y producir así semillas feminizadas.
Métodos para producir semillas feminizadas
Como veremos, existen varias maneras de conseguir que una hembra produzca polen, casi todas requiriendo de algún producto químico que suele rociarse sobre la planta hembra a la que se quiere revertir el sexo. Una vez rociadas con el producto escogido y bajo un fotoperiodo de floración, las plantas empezarán a florecer normalmente, pero como machos en lugar de como hembras, produciendo polen «feminizado» (que sólo contiene cromosomas XX) que puede utilizarse para polinizar a otras hembras y producir semillas feminizadas. Estas son algunas de las técnicas más utilizadas:
Estrés controlado o rodelización
Uno de los primeros métodos con los que se consiguieron semillas que producían ejemplares hembra fue el estrés controlado o rodelización. Existen varias maneras de estresar a las plantas de cannabis para conseguir que éstas desarrollen flores macho, como el estrés por temperatura, por nutrición, por fotoperiodo o por pH. Sin embargo, los partidarios de esta técnica suelen preferir algo tan simple como retrasar el momento de la cosecha 2 o 3 semanas, con lo que consiguen que las plantas produzcan unas pocas flores masculinas sin forzarlas a un estrés tan duro como el que deben soportar con cualquiera de las otras técnicas que hemos mencionado.
Si bien con este método no se conseguirá ni mucho menos la cantidad de polen que se consigue con otros como el STS, será suficiente para producir un puñado de semillas y que el cultivador doméstico pueda intentar hacer sus propios cruces feminizados. Además, la gran ventaja de esta técnica es ser 100% natural, no requiriendo de ningún tipo de sustancia química durante el proceso. Una excelente alternativa para aquel que sólo quiere unas pocas semillas y no quiere complicarse la vida con fórmulas y productos de laboratorio. Sin embargo, y tenedlo en cuenta, es el único método que presentamos con el que sí puede haber una mayor tasa de hermafroditismo en la descendencia.
STS o tiosulfato de plata
Sin lugar a dudas uno de los métodos más comunes entre productores y bancos de semillas. Se trata de una solución formulada a partir de agua destilada, nitrato de plata y tiosulfato de sodio (en ocasiones llamado hiposulfito de sodio) que, una vez pulverizada sobre las plantas hembra, inhibe la acción del etileno resultando en la formación de flores macho una vez inducida la floración. El STS es un producto relativamente fácil de preparar, aunque su vida útil una vez mezclados ambos componentes es bastante limitada, apenas unos pocos días y estando bien conservado (sin aire ni luz, y en frío).
Es importante señalar que no debe consumirse ninguna de las plantas que rociemos con este tipo de productos, algo que de todas formas sería raro, pues las plantas «se convierten» en machos así que no tienen cogollos. Sin embargo, es mejor no realizar ningún tipo de extracción de resina ni nada parecido con las plantas revertidas; lo mejor es descartarlas después de haber aprovechado su polen. Ambos componentes, tiosulfato de sodio y nitrato de plata, son utilizados también para el revelado de fotografías.
Plata Coloidal
Se trata de otra manera de revertir el sexo de las plantas, esta vez utilizando una disolución de plata coloidal a unas 30ppm (que podéis encontrar fácilmente en muchas farmacias y por internet) en agua destilada. Se deben repetir las aplicaciones durante días hasta que la planta produce flores macho, algo que no sucede con el STS, con el que en la mayoria de casos basta una sola aplicación.
La plata coloidal está constituida por nanopartículas de plata cargadas eléctricamente y tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas, siendo introducida en el mercado en 1980 con fines terapéuticos. No obstante, y al igual que con el STS, se deben descartar las plantas rociadas una vez cosechado el polen, pues la plata coloidal se absorbe de manera sistémica y permanece en los tejidos vegetales.
Nitrato de plata
Se trata de un método estudiado por Mohan Ram, quien realizó amplias investigaciones sobre la reversión del sexo en las plantas también con STS. Según sus conclusiones, el tiosulfato de sodio (STS) sería más efectivo a la hora de producir flores macho y polen viable en plantas hembra, consiguiendo mejores resultados en sus estudios. Probablemente a causa de esto, normalmente se mezcla el nitrato de plata con tiosulfato de sodio en lugar de utilizarlo aislado.
Ácido giberélico
Las giberelinas son hormonas producidas por las plantas que las ayudan a regular diversos procesos relacionados con su desarrollo. Existen varios tipos disponibles en el mercado, aunque el más común y eficaz es el ácido giberélico o GA3 (giberelina GA3). Se utiliza de manera muy parecida a la plata coloidal, siendo pulverizado sobre las plantas a revertir durante varios días antes de cambiar el fotoperiodo a floración.
Debe comentarse que uno de los efectos secundarios del ácido giberélico es un espigamiento o stretch considerable de las zonas de la planta que hemos tratado, así que no os sorprendáis si les sucede a vuestras plantas! Las dosis que suelen recomendarse para conseguir los mejores resultados rondan las 100ppm.
Leyendas urbanas y mentiras sobre las semillas feminizadas
Pese a que, tras dos décadas de cultivo muchas de las leyendas o falsos mitos sobre las semillas feminizadas han caído, siguen escuchándose de vez en cuando argumentos como los siguientes, que el cultivador novel puede tomar por verdaderos. Como suele suceder, muchas de estas historias fueron en su momento propagadas por personas que no habían cultivado jamás este tipo de semillas, por lo que su experiencia con ellas era nula o casi nula. El desconocimiento suele ser mal compañero de viaje, por eso queremos dejaros claros una serie de aspectos sobre las semillas feminizadas y las leyendas que a menudo las acompañan, leyendas como las siguientes:
Las semillas feminizadas producen plantas hermafroditas:
El problema de las plantas hermafroditas o monoicas tiene mucha más relación con los parentales utilizados (y si estos presentaban algun rasgo hermafrodita) que no con el tipo de semillas que se producen. Si para crear una semilla feminizada se utiliza una hembra con tendencia a producir alguna flor macho, probablemente parte de la descendencia heredará esa característica, ya se utilice dicha hembra como donadora de polen (revirtiendo su sexo) o como receptora de polen (dejándola florecer normalmente). Pero lo mismo sucede al producir semillas regulares: si el macho o la hembra no son del todo estables en cuanto a este rasgo, tampoco lo será su descendencia (o al menos parte de ella).
Marihuana y hermafroditismo
Muchos son los cultivadores que se han vistos sorprendidos en sus cultivos por tener plantas de marihuana hermafroditas. En este post os explicamos como detectar y que hacer en el caso de aparecer una planta de marihuana hermafrodita en nuestro cultivo de marihuana junto con las causas que suelen acompañar este hermafroditismo.
Las semillas feminizadas producen plantas mutantes:
Nada más lejos de la realidad. Sí, es cierto que en ocasiones aparecen plantas con rasgos raros o mutaciones, aunque esto también sucede con las semillas regulares. Lamentablemente no parece haber ningún estudio que compare la proporción de ejemplares con mutaciones de uno y otro tipo de semillas; sin embargo, tras millones de semillas feminizadas germinadas en los últimos 20 años, si las mutaciones supusieran algún problema sin duda no se vendería el número de feminizadas que se vende, y éste sería un problema de «orden público» dentro del sector cannábico, tanto para el cultivador como para el productor de las semillas.
Las semillas feminizadas tienen químicos:
Otra de las falsedades que algunas personas creen. Como se ha comentado anteriormente, normalmente se rocía algún producto químico sobre la planta hembra a revertir con el objetivo de inhibir el etileno en la misma. Pasadas unas semanas y ya en floración, ésta planta produce flores macho y polen, que se recoge para polinizar las plantas hembra destinadas a producir las semillas. Una vez formadas las semillas, éstas se recogen y envasan, por lo que en ningún momento han entrado en contacto con producto químico alguno ni las plantas que producen las semillas ni, por supuesto, las mismas semillas. Además, para producir semillas de cannabis suelen usarse espacios de cultivo interior separados: uno donde se tienen las plantas revertidas (hembras tratadas) y otro donde se encuentran las hembras que serán fecundadas y producirán las semillas, por lo que no es posible que las segundas puedan «contaminarse» con ningún producto químico.
Las semillas feminizadas son OGM
Una vez más, falso. Ya hemos apuntado que al utilizar alguna de las técnicas de reversión de sexo lo que se hace es inhibir la acción del etileno en la planta hembra donadora de polen, en ningún caso se modifica genéticamente una semilla (ni una planta). Los cromosomas sexuales de la hembra convertida en macho siguen siendo femeninos (XX), nada ha cambiado a nivel genético. Las semillas feminizadas no son, pues, organismos genéticamente modificados (OGM).
Esperamos que este artículo os haya parecido interesante, muchas personas desconocen aún hoy el interesante proceso que hay detrás de este tipo de semillas de cannabis. No dudéis en dejar aquí vuestros comentarios, los responderemos encantados.
¡Saludos!