Lista de contenidos
- ¿Cómo afecta el frío al cannabis?
- Como evitar las bajas temperaturas en interior
- Cable radiante para interior
- Como aprovechar mejor el frío en el cultivo de marihuana
- Últimas de semanas de floración de la marihuana y el frío
La planta de marihuana es una especie vegetal que nace de manera salvaje en muchos parajes de nuestro planeta tierra, encontrando una gran diversidad de genéticas de cannabis por todo el mundo. Entre las variadas zonas del globo terráqueo, donde se encuentran las plantas, hay diferencias ambientales y geográficas notables como; la altitud/latitud, las temperaturas, humedad, fotoperiodo, etc.
Entre las distintas regiones, en las que se encuentran las plantas de marihuana, existen paralelismos en los parámetros de cultivo como puede ser el caso de la temperatura. Los países más cercanos a los trópicos, donde el frío casi no se conoce, se puede cultivar cannabis todo el año, siendo la marihuana sativa la que pertenece a esta región tropical. Lo contrario ocurre con aquellas regiones más alejadas de los trópicos; cuanto más alejadas estén del ecuador, menos durará la temporada de cultivo de exterior. En estos lugares, tan solo se podrá cultivar marihuana durante un corto periodo de tiempo, en el que deberán darse un conjunto de condiciones ambientales que harán que las plantas de marihuana se puedan cultivar sin problemas en el exterior. Estas plantas de cannabis se denominan índicas y se encuentran en países como, Pakistán, Líbano, India, Russia, China, etc.
En el cultivo de interior las condiciones ambientales adversas no se dan porque se puede recrear el mejor ambiente de cultivo del exterior en el interior, dentro de un pequeño recinto, ya sea en un armario o en una pequeña habitación. Así pues en el cultivo de interior se pueden controlar a nuestro antojo las horas de luz, así como la ventilación, temperatura, humedad, etc, lo que permitirá el cultivo de cannabis durante todo el año.
En invierno, cuando las temperaturas del exterior son realmente bajas, se pueden llegar a tener problemas en el interior durante las horas nocturnas cuando el foco no está encendido. La intracción en el recinto de cultivo suele provenir del exterior, con en el fin de contrarrestar la temperatura del interior con el foco encendido, lo que puede ir bien o mal según se mire. Durante el invierno se deberá controlar la temperatura del exterior evitando que entre demasiado aire frío dentro del armario de cultivo. El rango óptimo de temperaturas para el cultivo del cannabis, es de 20-22º de mínima (en periodo nocturno) y de 24-26º de máxima (para el periodo diurno). Para no tener que estar pendientes cada día de la temperatura del exterior, y poder regular bien la temperatura así como la renovación del aire del interior, lo más sencillo es acoplar un controlador de temperatura. Este aparato controlará en todo momento la temperatura ambiental del cuarto de cultivo y según necesidad dejará entrar, o no, aire nuevo para renovar el antiguo mediante el uso de los extractores e intractores. Si se consigue mantener la temperatura óptima, conseguiremos que las plantas se desarrollen sin problemas. De lo contrario, si la temperatura es muy oscilante, es posible que nos encontremos con varias dificultades de cultivo durante el desarrollo del mismo.
¿Cómo afecta el frío al cannabis?
Las plantas de marihuana reaccionan de manera diferente al frío, aunque sí que por debajo de una temperatura media de 12º tienen el riesgo de acabar muertas. Así como ocurre con la temperatura del agua, la cual a mayor temperatura menor concentración de oxigeno disuelto, lo mismo o parecido ocurre con la temperatura ambiental, siempre que se encuentre dentro de un rango óptimo no por debajo de 18-20º la plantas irán bien. De lo contrario si las plantas tienen que vivir bajo una temperatura inferior a la comentada, su metabolismo se irá ralentizando gradualmente y cuanto más baja sea la temperatura, más lentamente se desarrollarán las plantas.
Cuando el metabolismo de las plantas se ralentiza, todo se vuelve mucho más lento. La vigorosidad vegetativa desaparece y las plantas se quedan pequeñas y endebles. El sistema radicular no se expande como debería, no siendo capaz de absorber tantos nutrientes como sería habitual, repercutiendo en una floración muy poco fructífera y creando unos cogollos muy pequeños y con muy poca presencia.
Como ya hemos comentado, las bajas temperaturas también afectan al sistema radicular así como en la absorción de los nutrientes como es el caso del magnesio. Este micronutriente es muy importante para el correcto desarrollo de las plantas de cannabis y es un elemento susceptible de ser fácilmente no absorbible por parte de la planta si, por ejemplo, la temperatura del sustrato es inferior a 18º.
Si aparte de tener una temperatura baja de cultivo, también existe un exceso continuado de humedad en la maceta, el procesamiento del magnesio por parte de la planta será nulo y aparecerán carencias en las hojas más grandes de la planta, incluso aportando magnesio en cada riego.
Así que, es muy importante tener controladas las bajas temperaturas para poder optar a tener un cultivo decente y sin percances. Para el control de las temperaturas existen diferentes opciones a tener en cuenta, pero cabe decir que se tendrá que ver cual de ellas se adapta mejor según el tipo de cultivo; dimensiones de cultivo, temperaturas exteriores, potencia de luz utilizada, etc.
Como evitar las bajas temperaturas en interior
Hasta la fecha, lo más común en los cultivos de cannabis era poner un calefactor eléctrico, lo que hacía que la factura de la luz se dispara por el alto consumo de electricidad que requieren estos aparatos de casi 1500-2000w o más. Este tipo de calefactores, a parte de tirar aire caliente, también resecan el ambiente de cultivo muy rápidamente. De modo que, lo que por un lado es adecuado, por el otro puede volverse contraproducente. El aumento de la temperatura también es inadecuada si la fuente de calor está direccionada directamente a las plantas. Para ir bien se deberá redirigir el chorro de calor hacia otro lado, para que las plantas puedan gozar de una temperatura estable y adecuada sin que las hojas se deshidraten.
Otra opción a tener en cuenta son los radiadores portátiles de toda la vida, muy parecidos a los de pared pero con ruedas debajo par poder moverlo donde nos plazca. El radiador es una buena opción, el problema está cuando se trata de un aparato muy grande y no cabe en un armario de cultivo a no ser que se trate de una pequeña habitación. A parte, cabe decir que también consumen más de 1000w, lo que no es poco.
Se pueden hacer inventos para controlar el aire caliente del calentador, desde fuera del armario de cultivo, redirigiendo el flujo de aire dentro del armario mediante el uso de conductos de aire y un pequeño extractor, cubriendo el radiador con una caja de cartón bien sellada. ¿Es funcional? Sí, pero realmente quién tenga problemas de espacio no podrá ni siquiera plantearse estas opciones más rudimentarias aunque efectivas. Así que si no disponemos de un recinto lo bastante grande como para poder realizar algún invento, lo más sencillo y eficaz es utilizar un calentador tubular de pequeño tamaño con pocos wats de potencia lo que se convierte en una muy buena opción para aquellos armarios de cultivo con unas medidas de mínimo 0.60m2.
Este calentador, de 61cm de largo y 90w de potencia o su otra versión de 122cm y 135w, tiene la homologación IP55 lo cual nos hace saber que es resistente a las salpicaduras de agua, de modo que si regando se moja un poco o la humedad se condensara por encima, este seguiría trabajando sin problemas. Esta característica del calentador da mucho juego para poder utilizarlo tanto en el interior como en el exterior, dentro de invernaderos.
El calentador tubular se puede poner en la parte baja del armario de cultivo, quedando la bandeja un poco por encima del calentador. Para levantar la bandeja de cultivo nos podemos ayudar de unas patas metálicas con altura graduable o como método rudimentario se pueden usar macetas de una altura que sea adecuada a la requerida en el cultivo, así también se aislan las plantas del suelo.
Como el aire caliente es menos denso que el aire frío, subirá, pasará entre las plantas, y se quedará en la parte superior del armario. Para no perder temperatura y que sea constante deberemos parar la extracción durante unas horas. El calentador se puede programar con la ayuda de un controlador de temperatura haciendo que cuando llegue hasta cierta temperatura de consigna, se pare manteniendo el calor y no se encienda nuevamente hasta que la temperatura haya bajado unos grados por debajo de la temperatura marcada.
Al tener el calentador debajo de la bandeja, se calentará haciendo que el sistema radicular esté bien abrigado para que pueda crecer y expandirse sin problemas, consiguiendo una mayor vigorosidad vegetativa, lo que repercutirá en una mejor calidad y cantidad de cogollos a cosechar.
Cable radiante para interior
Otra de las opciones a tener en cuenta, en caso de no poder poner un calentador tubular, son los cordones térmicos que se utilizan con los reptiles en sus jaulas para aclimatarles su vivienda.
Estos cables radiantes los hay en diferentes medidas, de modo que siempre podremos encontrar diferentes opciones que se adecuen a nuestras circunstancias de cultivo. Al ser moldeables, se pueden enroscar al pie de la maceta para que todo el sistema radicular pueda expandirse con facilidad. Lo más adecuado es poner un cable por cada maceta, en el caso de utilizar macetas grandes, o usarlo para dos o 3 macetas en el caso de tratarse de macetas de un tamaño más reducido.
Como aprovechar mejor el frío en el cultivo de marihuana
Como ya hemos comentado antes sobre el frío, este es muy malo para las plantas de cannabis sobre todo si se da en las primeras etapas de crecimiento. En esta primera etapa, las plántulas requieren de 20-24º para crecer adecuadamente, pero ¿qué ocurre en las últimas semanas de floración?
Durante el periodo de floración nos encontramos, con que, si la planta tiene un ambiente de cultivo controlado creará unos cogollos bonitos, elegantes y sin problemas con una elevada concentración de resina según la genética de cannabis a tratar. Las glándulas de resina son realmente una protección para la planta, que también realiza otras funciones como; proteger la planta para la conservación y reproducción genética, evitando que no muera sin aportar una descendencia en formato de semilla.
Estas glándulas, en unas condiciones de cultivo normal, tendrán una concentración «X» (un número específico) es decir; si en un cm2 encontramos 100 tricomas el mismo esqueje en otro cultivo encontraremos también los mismos 100 tricomas. ¿Qué ocurre con el frío? El frío es un elemento agresivo para la planta y le provoca un estrés. Este estrés se traduce en un miedo por parte de la planta a morir sin procrear, hecho temible en el mundo vegetal porqué podría algún día llegar a suponer el fin de la especie vegetal. Este “miedo” hace que las plantas cambien su metabolismo y sean capaces de crear nuevas estrategias para protegerse del estrés que puedan encontrarse durante su vida y aún así poder llegar a reproducirse sin problemas.
Una de las protecciones que tiene el cannabis para protegerse del frío es crear más cantidad de tricomas de resina de lo habitual. Esta capacidad se desarrolla en la mayoría de plantas de marihuana aunque hay algunas genéticas en que es más fácil cuantificar el incremento de resina. Esta capa extra de tricomas sirve por un lado como aislante del frío así como para evitar que los bichos y otros exógenos entren en contacto con la planta como hongos y parásitos. Otra función importante será la de captar mucho mejor el polen masculino, para una mejor fecundación de la planta.
Últimas de semanas de floración de la marihuana y el frío
En las últimas semanas de floración, cuando el cogollo ya está completamente creado y tan solo queda madurar, podemos bajar gradualmente la temperatura hasta llegar a los 16-17º en los últimos días (2 semanas) antes de la cosecha. Si conseguimos que la temperatura se mantenga estable durante la noche y el día, conseguiremos un incremento de la resina en los cogollos junto a una producción un poco menor pero con una calidad superior a la media.
Para los amantes de los colores vistosos podemos decir que con en el control de la temperatura, se pueden obtener colores más bonitos o poco usuales como el violeta o morado, azules, amarillos, rojos etc, lo que le dará un atractivo visual al cultivo que en otras circunstancias no habría tenido.
Os dejamos un par de ejemplos de los cambios de color a que pueden derivar distintas genéticas de cannabis, sobre todo las conocidas por ser pertenecientes a las familia del cannabis Blue. En estos casos la temperatura ha causado efecto en las plantas, haciendo que el cambio de color sea muy notable y aumentando la concentración de tricomas de los cogollos de marihuana. Es importante destacar que en el caso de que las plantas pasen frío durante todo el cultivo la producción será muy reducida y la concentración de tricomas en los cogollos también.
Así pues, si hay bajas temperaturas en el cuarto de cultivo y se les quiere sacar partido podemos controlarlas mediante el uso de calefactores, lo cuales pueden ir conectados a controladores de temperatura para poder cosechar la mejor calidad de cannabis junto a la máxima concentración de tricomas.