Lista de contenidos
- ¿Qué es el Neem?
- ¿Cómo se produce el aceite de Neem?
- Composición del aceite de Neem
- El aceite de Neem como insecticida
- El aceite de Neem como fungicida
- Cómo usar el aceite de Neem, dosis y aplicaciones
- Aceite de Neem contra insectos:
- Aceite de Neem contra hongos:
- Aplicación de harina de Neem:
- Otros usos del Neem
¿Qué es el Neem?
El aceite de Neem es un subproducto de un árbol endémico de India y Birmania y propio de zonas tropicales y subtropicales, conocido como árbol del Neem o del Nim (Azadirachta indica) entre otros nombres. Se trata de un árbol perenne (no pierde las hojas al comenzar el otoño) que puede alcanzar más de 20 metros de altura y que no necesita gran cantidad de agua para desarrollarse. Hoy en día, y debido a la multitud de usos que se le dan (desde la industria farmacéutica hasta en agricultura), puede encontrarse prácticamente en todas las zonas tropicales del planeta, exceptuando aquellas áreas situadas a elevada altitud. Su relación con el hombre data de milenios atrás, pues se han encontrado hojas de Neem en yacimientos de 4.500 años de antigüedad en la cuenca del Indo, en el actual Pakistán.
A parte de los beneficios para la salud que puede comportar, las propiedades del aceite de Neem como insecticida y fungicida son de sobras conocidas en el ámbito de la agricultura ecológica, siendo un producto 100% orgánico y respetuoso con el medio ambiente. El uso de su principal compuesto insecticida, la azadiractina, está más que extendido en todo tipo de cultivos por todo el mundo, tanto en exterior como en cultivo interior, representando una excelente opción para la agricultura ecológica gracias a sus propiedades como repelente e insecticida. Hoy nos centraremos en esta útil sustancia y veremos cómo puede ayudarnos a mantener un jardín sano y libre de plagas.
¿Cómo se produce el aceite de Neem?
Como sucede con casi cualquier extracción a partir de una planta o fruto, existen diversas técnicas para separar los principios activos de la materia vegetal. La más respetuosa con estos principios es, al igual que sucede con el aceite de oliva, el prensado en frío de las semillas del árbol. Otro sistema es el prensado en caliente, más efectivo aunque conserva menos propiedades. Finalmente, pueden utilizarse también diversos solventes químicos, siendo en este caso el hexano el más comúnmente utilizado.
No obstante, con este tipo de extracción se obtiene un aceite de menor calidad, que suele ser destinado a la fabricación de jabón. Si alguna vez habéis oído la expresión «torta de Neem», se refiere al producto de desecho que queda tras el proceso de prensado y separación del aceite, que si bien conserva alguna de sus propiedades originales no tiene nada que ver con el aceite obtenido, que contiene mucha más cantidad de principios activos.
Composición del aceite de Neem
El aceite de Neem contiene gran cantidad de triglicéridos y compuestos triterpenoides, siendo estos últimos los que le otorgan su característico sabor amargo. De entre los triterpenoides que lo componen, la azadiractina es el más conocido y estudiado como insecticida, con un contenido de entre 300 y 2500 ppm dependiendo del método de extracción y de la calidad de las semillas procesadas. También contiene, en menor cantidad, esteroides como el campesterol, el beta-sitosterol o el estigmasterol, todos ellos compuestos orgánicos derivados del núcleo del esterano.
Según los análisis, y como media, los tres principales componentes del aceite de Neem son el ácido oleico (Omega-9), que suele representar entre un 25 y un 50% del total, el ácido hexadecanoico (ácido palmítico) y el ácido octadecanoico (ácido esteárico). Además, se encuentran también – en menor proporción – compuestos como el ácido linoleico (Omega-6), el ácido alfalinoléico (Omega-3) o el ácido 9-hexadecanoico (ácido palmitoleico).
El aceite de Neem como insecticida
Sin lugar a dudas, y dejando de lado las aplicaciones medicinales que veremos más adelante, el uso principal del aceite de Neem es como insecticida de amplio espectro para un extenso abanico de plagas potenciales. Como hemos comentado, el principal compuesto insecticida del aceite de Neem es un triterpenoide de la familia de los limonoides llamado azadiractina, que es uno de los pocos insecticidas aprobados para la agricultura ecológica. Además, el Neem contiene otros metabolitos secundarios como la salanina, el meliantriol, la nimbina o la nimbidina (entre otros) que, aunque en menor medida, presentan también propiedades insecticidas.
La acción de la azadiractina es por contacto e ingestión y se da a nivel hormonal, siendo mucho más efectiva en insectos en estado larvario que con huevos o adultos. Principalmente, inhibe la producción de quitina, de manera que el insecto no puede desarrollarse correctamente, siéndole imposible llegar a su siguiente estado larvario y, por lo tanto, muriendo sin haberse podido reproducir. Además, actúa también como antinutriente, inhibiendo la alimentación del insecto y reduciendo la tasa de proteínas y aminoácidos en su organismo.
Por si fuera poco, el aceite de Neem no afectará a insectos beneficiosos en los cultivos como abejas, crisopas o mariquitas, presentando una muy baja toxicidad para los mamíferos y siendo totalmente biodegradable (se degrada tras unas 100 horas de exposición a la luz o en contacto con el agua). Además, no parece provocar resistencia en las plagas tratadas, algo muy importante para el cultivador. Como vemos, se trata de un gran aliado para el cultivador consciente con el medioambiente y que quiere repeler o tratar un elevado número de plagas, tanto si se trata de la parte aérea de la planta (hojas y tallos) como de la zona radicular. Estas son las principales plagas que pueden tratarse con Neem:
- Araña Roja
- Trips
- Mosca blanca
- Pulgón
- Orugas
- Ácaros
- Minadores
- Cochinillas
- Nematodos
- Termitas
- Hormigas
- Mosca del suelo
El aceite de Neem como fungicida
Los beneficios que podemos conseguir con el aceite de Neem no se limitan sólo a su acción insecticida. En efecto, algunos de sus compuestos tienen una alta actividad antifúngica, impidiendo el desarrollo de algunos de los más temidos hongos por el cultivador de cannabis: mildiu, botrytis y oídio. Básicamente, los compuestos reducen el grado de acidez en la superficie de las hojas, lo que impide a los hongos proliferar en ellas. Resulta pues una buena solución ya sea para erradicar plagas de insectos o como fungicida.
Se sabe además que su potencia se incrementa en gran medida al aplicarlo junto al bicarbonato sódico o al bicarbonato potásico (este último sería más efectivo contra el mildiu que el sódico). Por ello, la mejor combinación para usar el aceite de Neem contra hongos sería junto al bicarbonato y en combinación con un agente surfactante, como os explicamos a continuación.
Cómo usar el aceite de Neem, dosis y aplicaciones
Antes de realizar aplicaciones con Neem o con azadiractina, es muy importante tener en cuenta que, como todos los aceites, es hidrófugo, lo que significa que cuesta mucho incorporarlo al agua y que quede una mezcla homogénea. Para evitar esto, deberemos utilizar algún agente surfactante para que se mezcle bien con el agua y sea así realmente efectivo. Como agente surfactante podéis usar jabón potásico, otro insecticida de amplio espectro y totalmente natural (aprobado para agricultura ecológica), y que seguro que muchos cultivadores ya conocemos. Además, ambos compuestos nutrirán también a las plantas independientemente del método de aplicación, ya sea por pulverización (vía foliar) o mediante riegos.
De esta manera, en muchas ocasiones se aconsejan ambos sistemas de aplicación, pues al usarlo por vía foliar actua como insecticida de contacto, mientras que por el riego posee cierta acción sistémica, permaneciendo en la planta y combatiendo a las plagas que se alimenten de ella. Podéis alternar ambos métodos cada pocos días, tanto como preventivo (cada semana o 10 días) como para luchar contra plagas ya establecidas (cada 4-5 días). Como aceites podéis utilizar el extracto de Neem Neemazal de Trabe o el aceite de Neem BioNeem de Proteco, ambos son de excelente calidad.
Aceite de Neem contra insectos:
- Vía foliar o riego: 1-2ml de Aceite de Neem + 3-5ml de agente surfactante (jabón potásico) +1 litro de agua
Primero mezclaremos bien el agua y el agente surfactante. Tras ello, añadimos el aceite de Neem y volvemos a remover bien la mezcla hasta que quede homogénea. En riego se puede subir un poco la dosis de aceite Neem hasta 3ml por litro de agua.
Aceite de Neem contra hongos:
- Vía foliar: 1-2ml de Aceite de Neem + 2-3g de bicarbonato + 3-5ml de agente surfactante (jabón potásico) + 1 litro de agua
Mezclamos primero el agua, el bicarbonato y el agente surfactante. A continuación, añadimos el aceite de Neem. No se aconseja utilizar bicarbonato sódico en riego, podría causar una acumulación de sales en el sustrato (para el riego podéis usar el bicarbonato potásico).
Aplicación de harina de Neem:
- Vía foliar: 3-5g de Harina de Neem + 1 litro de agua
- Riego: 1g de Harina de Neem + 1 litro de agua
- Mezclada con sustrato: 2-4g de por litro de sustrato
El uso de harina de Neem es cada vez más popular, pues resulta muy versátil y es eficaz para tratar plagas del suelo como los nematodos o la mosca del suelo. Puede mezclarse con agua tal y como hemos visto con el aceite, o directamente mezclarse con el sustrato o espolvorearse sobre el mismo. Os recomendamos el producto TRABE harina de Neem ProNeem.
Otros usos del Neem
En agricultura, y a parte de como insecticida y fungicida, se utiliza también la planta entera como un excelente fertilizante orgánico, que además repelerá a plagas potenciales como las termitas, las hormigas o los nematodos. Se suele cultivar también para reducir la desertificación de determinadas zonas, especialmente en India, y se cree que puede actuar como un excelente absorbente de dóxido de carbono en la atmósfera.
El Neem forma parte de la medicina ayurvédica desde hace siglos, siendo utilizado para tratar enfermedades y síntomas como la fiebre, el acné, los eczemas, la lepra, la malaria o la tuberculosis. Sus múltiples propiedades terapéuticas (antiséptico, diurético, contraceptivo, parasiticida, febrífugo, etc) han hecho que se le conozca como «el árbol de los mil usos», aunque en caso de querer utilizarlo es aconsejable informarse bien, especialmente en caso de mujeres embarazadas o lactantes, así como de niños.
Además, el Neem puede utilizarse para obtener gas metano a partir de la pulpa, fabricar distintos cosméticos o producir jabón con más espuma y capacidad detergente que los elaborados con aceites comestibles. En zonas donde el cultivo es tradicional, se ha utilizado durante siglos en rituales y ceremonias religiosas para purificar el ambiente.
Como podemos ver, el árbol del Neem es un excelente remedio tanto para combatir las plagas en agricultura como para nutrir a las plantas, además de presentar multitud de propiedades interesantes tanto para la industria agrícola como para la farmacéutica y cosmética. No es de extrañar que el aceite de Neem sea tan apreciado!
¡Felices cultivos Cannábicos!